El tratamiento de la microbiota vaginal anormal antes de la transferencia de embriones puede mejorar los resultados reproductivos
Nov 28 2017
Los niveles elevados de dos bacterias vaginales específicas(Atopobium vaginae y Gardnerella vaginalis) sirven como marcadores diagnósticos de una microbiota vaginal anormal que podría causar alteraciones en la implantación y, posteriormente, un resultado reproductivo deficiente.
Una publicación reciente demostró que las mujeres con una microbiota vaginal anormal y sometidas a FIV tenían una probabilidad significativamente menor de quedarse embarazadas (9%) en comparación con las mujeres con una microbiota vaginal normal dominada por Lactobacillus(44%).
El tratamiento con progesterona puede mejorar los resultados clínicos de los pacientes masculinos de COVID-19
El calcio añadido a las dietas acidificadas preparto puede mejorar los resultados posparto
Los resultados de esa publicación, un estudio en colaboración entre la Clínica de Fertilidad, el Hospital Regional Skive, la Universidad de Aarhus (Dinamarca), la Clínica de Fertilidad Trianglen (Dinamarca) y el Statens Serum Institute (Dinamarca), se publicaron en la revista internacional Human Reproduction en 2016.
Aproximadamente el 20% de todas las mujeres en tratamiento de fertilidad tienen una microbiota vaginal anormal que también puede residir en el tracto reproductivo superior, es decir, el útero y los oviductos. Por desgracia, muchas de estas mujeres no presentan síntomas, por lo que este problema pasa desapercibido.
En conjunto, estos hallazgos convencieron a los autores para diseñar un estudio destinado a investigar si es posible mejorar las probabilidades de embarazo en estas mujeres mediante la identificación y el tratamiento de la microbiota vaginal anómala antes de la transferencia embrionaria. El estudio es un proyecto conjunto de investigación clínica en colaboración con cinco clínicas danesas de fertilidad, el Statens Serum Institute y Osel, Inc.
"En última instancia, nuestro criterio de éxito es bastante sencillo: pretendemos aumentar la "tasa de bebés llevados a casa" de las mujeres que padecen una microbiota vaginal anómala. Potencialmente, este estudio tendrá grandes implicaciones para el tratamiento de la fertilidad en general. El tratamiento de la microbiota vaginal anómala podría incluso permitir que más mujeres concibieran de forma natural", afirma el doctor Thor Haahr, estudiante de doctorado.
Haahr trabaja en la Clínica de Fertilidad del Hospital Regional de Skive y realiza el trabajo de investigación en colaboración con el profesor Peter Humaidan y el Dr. Jørgen Skov Jensen del Statens Serum Institute.
"En un sentido amplio, los investigadores están empezando a comprender que las bacterias que viven en nuestras superficies internas y externas tienen un impacto significativo en nuestra salud. Hemos estudiado este llamado microbioma y sus posibles implicaciones para la reproducción humana, y hemos descubierto que se necesita un ensayo basado en la intervención para mejorar nuestro conocimiento de la causa y el efecto. Por lo tanto, para este ensayo específico, estamos utilizando un fármaco bioterapéutico vivo, LACTIN-V, que contiene la especie bacteriana que todos los estudios sugieren que es la bacteria más saludable de la vagina, Lactobacillus crispatus", afirma el profesor Humaidan.
Además de la Clínica de Fertilidad del Hospital Regional de Skive, colaborarán en el ensayo otras cuatro clínicas de fertilidad, entre ellas las del Hospital Universitario de Copenhague, el Hospital Holbæk y dos clínicas de fertilidad privadas, Stork VivaNeo y Trianglen, ambas en Copenhague. Todos los análisis bacterianos se realizarán en colaboración con el Dr. Jørgen Skov Jensen, del Statens Serum Institute.
Las cinco clínicas de fertilidad tienen previsto examinar a 1.850 mujeres que se sometan a un primer, segundo o tercer tratamiento de FIV para inscribir a 333 participantes en el ensayo.
"Por supuesto, sólo participarán en el estudio las pacientes que den su consentimiento informado. Las pacientes que deseen participar durante el primer cribado y a las que se diagnostique una microbiota vaginal anómala se distribuirán aleatoriamente en tres brazos de intervención. Un grupo se trata con antibióticos y, posteriormente, con Lactobacillus crispatus, una bacteria vaginal "buena" productora de ácido láctico destinada a favorecer la restauración de la microbiota en el tracto reproductor femenino y permitir una implantación más suficiente. Otro grupo se trata sólo con antibióticos, y el tercero es un grupo placebo", dice Haahr. Se espera que el ensayo dure hasta dos años.
El proyecto de investigación también estudia si una microbiota seminal anormal afecta o no a la calidad del semen y, por tanto, a las posibilidades de embarazo. "Las bacterias que investigamos probablemente también se encuentran en el hombre, pero de momento no hay pruebas que apoyen el tratamiento masculino", afirma Haahr.