Parto y alumbramiento: Signos, etapas y más

Parto y alumbramiento: Signos, etapas y más

Visión general

Mientras que un bebé a término tarda nueve meses en crecer, el parto se produce en cuestión de días o incluso horas. Sin embargo, es el proceso del parto lo que más suele ocupar la mente de los futuros padres.

Sigue leyendo si tienes preguntas e inquietudes sobre los signos y la duración del parto, y sobre cómo controlar el dolor.

Signos de parto

El parto ha comenzado o está próximo si experimenta síntomas como:

  • aumento de la presión en el útero
  • un cambio en los niveles de energía
  • secreción mucosa sanguinolenta

Lo más probable es que el parto haya llegado cuando las contracciones sean regulares y dolorosas.

Contracciones de Braxton Hicks

Muchas mujeres experimentan contracciones irregulares a partir de la semana 20 de embarazo. Conocidas como contracciones de Braxton Hicks, suelen ser indoloras. Como mucho, son molestas e irregulares.

Las contracciones de Braxton Hicks pueden desencadenarse a veces por un aumento de la actividad de la madre o del bebé, o por una vejiga llena. Nadie comprende del todo el papel que desempeñan las contracciones de Braxton Hicks en el embarazo.

Pueden favorecer el flujo sanguíneo, ayudar a mantener la salud uterina durante el embarazo o preparar el útero para el parto.

Las contracciones de Braxton Hicks no provocan la dilatación del cuello uterino. Las contracciones dolorosas o regulares no suelen ser contracciones de Braxton Hicks. En cambio, son el tipo de contracciones que deberían llevarte a llamar a tu médico.

Primera fase del parto

El parto se divide en tres fases. La primera fase del parto comprende el inicio del trabajo de parto hasta la dilatación completa del cuello uterino. Esta etapa se subdivide a su vez en tres fases.

Trabajo de parto prematuro

Normalmente es la fase más larga y menos intensa del parto. También se denomina fase latente del parto. Este periodo incluye el adelgazamiento del cuello uterino y su dilatación hasta 3-4 cm. Puede durar varios días, semanas o unas pocas horas.

Las contracciones varían durante esta fase y pueden ser de leves a fuertes, y producirse a intervalos regulares o irregulares. Otros síntomas durante esta fase pueden ser dolor de espalda, calambres y secreción mucosa sanguinolenta.

La mayoría de las mujeres estarán preparadas para ir al hospital al final del trabajo de parto. Sin embargo, muchas mujeres llegarán al hospital o al centro de maternidad cuando todavía estén en trabajo de parto prematuro.

Trabajo de parto activo

La siguiente fase de la primera etapa del parto se produce cuando el cuello uterino se dilata de 3-4 cm a 7 cm. Las contracciones se hacen más fuertes y otros síntomas pueden ser dolor de espalda y sangre.

Trabajo de parto de transición

Ésta es la fase más intensa del parto, con un fuerte aumento de las contracciones. Se vuelven fuertes y se producen con un intervalo de dos a tres minutos, con una duración media de 60 a 90 segundos. Los últimos 3 cm de dilatación suelen producirse en muy poco tiempo.

Segunda fase del parto Parto

Durante la segunda fase, el cuello uterino está completamente dilatado. Algunas mujeres pueden sentir la necesidad de empujar inmediatamente o poco después de estar completamente dilatadas. En otras mujeres, el bebé puede estar todavía en la parte alta de la pelvis.

El bebé puede tardar algún tiempo en descender con las contracciones, de modo que esté lo suficientemente bajo para que la madre empiece a empujar.

Las mujeres que no se someten a una epidural suelen tener una necesidad imperiosa de empujar o una presión rectal importante cuando el bebé está lo bastante bajo en la pelvis.

Las mujeres con epidural pueden seguir teniendo ganas de empujar y pueden sentir presión rectal, aunque normalmente no tan intensa. También es frecuente sentir ardor o escozor en la vagina cuando la cabeza del bebé corona.

Es importante que intentes mantenerte relajada y descansar entre contracciones. Aquí es cuando tu preparador laboral o tu doula pueden ser de gran ayuda.

Tercera fase del parto Expulsión de la placenta

La placenta se expulsará después de que haya nacido el bebé. Las contracciones leves ayudarán a separar la placenta de la pared uterina y a desplazarla hacia la vagina. Tras la expulsión de la placenta, se coserá para reparar un desgarro o un corte quirúrgico (episiotomía).

Alivio del dolor

La medicina moderna puede ofrecer diversas opciones para controlar el dolor y las complicaciones que pueden surgir durante el parto. Algunos de los medicamentos disponibles son los siguientes.

Narcóticos

Los narcóticos se utilizan con frecuencia para aliviar el dolor durante el parto. Su uso se limita a las primeras fases porque tienden a causar una sedación excesiva materna, fetal y neonatal.

Los narcóticos suelen administrarse a las parturientas mediante inyección intramuscular o por vía intravenosa. Algunos centros ofrecen la administración controlada por la paciente. Eso significa que puedes elegir cuándo recibir el fármaco.

Algunos de los narcóticos más comunes son:

  • morfina
  • meperidina
  • fentanilo
  • butorfanol
  • nalbufina
Óxido nitroso

A veces se utilizan analgésicos inhalados durante el parto. El óxido nitroso, a menudo llamado gas de la risa, es el más utilizado. Puede proporcionar un alivio adecuado del dolor a algunas mujeres cuando se utiliza de forma intermitente, sobre todo en las primeras fases del parto.

Epidural

El método más habitual para aliviar el dolor durante el parto es el bloqueo epidural. Se utiliza para administrar anestesia durante el parto y durante un parto por cesárea.

El alivio del dolor se consigue inyectando un fármaco anestésico en el espacio epidural, situado justo fuera del revestimiento que recubre la médula espinal. El fármaco bloquea la transmisión de las sensaciones de dolor a través de los nervios que atraviesan esa porción del espacio epidural antes de conectar con la médula espinal.

En los últimos años se ha popularizado el uso de la epidural espinal combinada o epidural ambulante. Consiste en pasar una aguja muy pequeña con punta de lápiz a través de la aguja epidural antes de colocar el anestésico epidural.

La aguja más pequeña se introduce en el espacio cercano a la médula espinal y se inyecta en él una pequeña dosis de narcótico o anestésico local.

Esto afecta únicamente a la función sensorial, que le permite caminar y moverse durante el parto. Esta técnica se utiliza normalmente durante las primeras fases del parto.

Opciones naturales para aliviar el dolor

Existen muchas opciones para las mujeres que buscan un alivio no médico del dolor durante el parto. Se centran en reducir la percepción del dolor sin utilizar medicación. Algunas de ellas son

  • patrones de respiración
  • Lamaze
  • hidroterapia
  • estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS)
  • hipnosis
  • acupuntura
  • masaje
Inducción del parto

El parto puede inducirse artificialmente de varias maneras. El método elegido dependerá de varios factores, entre ellos:

  • cómo de preparado está el cuello del útero para el parto
  • si es su primer bebé
  • cuánto tiempo lleva de embarazo
  • si se han roto las membranas
  • el motivo de la inducción

Algunas razones por las que el médico puede recomendar la inducción son:

  • cuando el embarazo ha entrado en la semana 42
  • si la madre rompe aguas y el parto no comienza poco después
  • si hay complicaciones con la madre o el bebé.

La inducción del parto no suele recomendarse cuando la mujer ha tenido una cesárea previa o si el bebé viene de nalgas (de abajo arriba).

Se puede utilizar un medicamento hormonal llamado prostaglandina, un medicamento llamado misoprostol o un dispositivo para ablandar y abrir el cuello uterino si es largo y no se ha ablandado o no ha empezado a dilatarse.

El desprendimiento de las membranas puede inducir el parto en algunas mujeres. Se trata de un procedimiento en el que el médico comprueba el cuello uterino. Introducirá manualmente un dedo entre las membranas de la bolsa amniótica y la pared del útero.

Las prostaglandinas naturales se liberan al separar o despegar la parte inferior de las membranas de la pared uterina. Esto puede ablandar el cuello uterino y provocar contracciones.

El desprendimiento de las membranas sólo puede llevarse a cabo si el cuello uterino se ha dilatado lo suficiente como para que el médico pueda introducir el dedo y realizar el procedimiento.

Para inducir el parto pueden utilizarse medicamentos como la oxitocina o el misoprostol. La oxitocina se administra por vía intravenosa. El misoprostol es un comprimido que se coloca en la vagina.

Posición fetal

Su médico controla regularmente la posición de su bebé durante las visitas prenatales. La mayoría de los bebés se ponen cabeza abajo entre la semana 32 y la 36. Algunos no se ponen. Algunos no se giran y otros se colocan con los pies o las nalgas por delante.

La mayoría de los médicos intentan poner al feto de nalgas cabeza abajo mediante la versión cefálica externa (VCE).

Durante una VCE, un médico intentará desplazar suavemente el feto aplicando sus manos sobre el abdomen de la madre, utilizando una ecografía como guía. Durante el procedimiento se vigila al bebé. La VCE suele tener éxito y puede reducir la probabilidad de parto por cesárea.

Cesárea

La media nacional de partos por cesárea ha aumentado drásticamente en las últimas décadas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, alrededor del 32% de las madres de Estados Unidos dan a luz por este método, también conocido como parto por cesárea.

La cesárea suele ser la opción más segura y rápida en los partos difíciles o cuando surgen complicaciones.

La cesárea se considera una intervención quirúrgica mayor. El bebé nace a través de una incisión en la pared abdominal y el útero, en lugar de en la vagina. A la madre se le administrará un anestésico antes de la cirugía para adormecer la zona desde el abdomen hasta debajo de la cintura.

La incisión es casi siempre horizontal, a lo largo de la parte inferior de la pared abdominal. En algunas situaciones, la incisión puede ser vertical, desde la línea media hasta debajo del ombligo.

La incisión en el útero también es horizontal, salvo en algunos casos complicados. Una incisión vertical en el útero se denomina cesárea clásica. Esto hace que el músculo uterino sea menos capaz de tolerar las contracciones en un futuro embarazo.

Tras el parto, se succionarán la boca y la nariz del bebé para que pueda respirar por primera vez y se le extraerá la placenta.

La mayoría de las mujeres no sabrán si tendrán que someterse a una cesárea hasta que comience el parto. Las cesáreas pueden programarse con antelación si hay complicaciones con la madre o el bebé. Otras razones por las que puede ser necesaria una cesárea son:

  • una cesárea anterior con una incisión vertical clásica
  • una enfermedad fetal o un defecto congénito
  • la madre padece diabetes y se calcula que el bebé pesará más de 4.500 g
  • placenta previa
  • infección por VIH en la madre y carga viral elevada
  • posición fetal de nalgas o transversal
Parto vaginal después de cesárea (PVDC)

Antes se pensaba que si habías tenido una cesárea, siempre necesitarías una para dar a luz a futuros bebés. Hoy en día, no siempre es necesario repetir la cesárea. El parto vaginal tras cesárea (PVDC) puede ser una opción segura para muchas.

Las mujeres que han tenido una incisión uterina transversal baja (horizontal) a causa de una cesárea tendrán muchas posibilidades de dar a luz por vía vaginal.

Las mujeres a las que se ha practicado una incisión vertical clásica no deben intentar un PVDC. Una incisión vertical aumenta el riesgo de rotura uterina durante un parto vaginal.

Es importante que comentes con tu médico tus embarazos anteriores y tu historial médico para que pueda valorar si el PVDC es una opción para ti.

Parto asistido

Hay momentos, hacia el final de la fase de pujo, en los que una mujer puede necesitar un poco más de ayuda para dar a luz a su bebé. Se puede utilizar un extractor de vacío o fórceps para ayudar en el parto.

Episiotomía

Una episiotomía es un corte hacia abajo en la base de la vagina y el músculo perineal para aumentar la abertura de salida del bebé. Antes se creía que todas las mujeres necesitaban una episiotomía para dar a luz.

En la actualidad, las episiotomías sólo suelen practicarse si el bebé está angustiado y necesita ayuda para salir rápidamente. También se realizan si la cabeza del bebé sale pero los hombros se atascan (distocia).

También puede practicarse una episiotomía si la mujer ha estado empujando durante mucho tiempo y no puede empujar al bebé más allá de la parte inferior de la abertura vaginal.

Las episiotomías suelen evitarse en la medida de lo posible, pero en su lugar pueden producirse desgarros de la piel y, a veces, de los músculos. Los desgarros cutáneos son menos dolorosos y se curan más rápido que una episiotomía.

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