Un estudio revela notables disparidades en el acceso y la calidad de la atención sanitaria en la mayoría de los países
25 de mayo de 2018
Aunque el acceso y la calidad de la atención sanitaria han mejorado en general en los últimos años, en muchos países los avances han sido lentos o inexistentes en comparación con la década anterior, según un nuevo estudio científico.
Además, la primera evaluación realizada a escala estatal o provincial revela notables disparidades en la mayoría de los países, sobre todo en China e India.
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Nuestros resultados son alarmantes", afirma Christopher Murray, director del Instituto de Métrica y Evaluación Sanitarias (IHME) de la Universidad de Washington, cuya organización coordinó el estudio, "y ponen de relieve la necesidad imperiosa de que los países dediquen fondos a mejorar el acceso a la atención sanitaria y su calidad". No todos los países pueden situarse entre los 90 en una escala del uno al cien, pero es imperdonable que haya países por debajo de los 20. Los líderes gubernamentales tienen que acelerar los avances si quieren mejorar la calidad de la atención sanitaria. Los líderes de los gobiernos tienen que intensificar los avances si esperan cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas a tan solo 12 años vista."
El estudio, publicado hoy en la revista médica internacional The Lancet, clasifica a los países según un índice de acceso y calidad de la atención sanitaria (HAQ). Este índice se basa en 32 causas por las que no debería producirse la muerte en presencia de una atención sanitaria eficaz, como la tuberculosis, las enfermedades diarreicas y diversos tipos de cáncer. En 2016, las puntuaciones del índice HAQ oscilaron entre el 97,1 de Islandia, seguido del 96,6 de Noruega y el 96,1 de los Países Bajos, hasta valores tan bajos como el 18,6 de la República Centroafricana, el 19,0 de Somalia y el 23,4 de Guinea-Bissau.
Tras progresar entre 1990 y 2000, algunos países, como Estados Unidos y algunos países de América Latina, registraron un estancamiento de los resultados entre 2001 y 2016. Nueve países y territorios no experimentaron aumentos significativos en su acceso y calidad de la atención sanitaria entre 1990 y 2016: Fiyi, Islas Salomón, Vanuatu, República Centroafricana, Lesoto, Suazilandia, Zimbabue y Sudán del Sur.
Por el contrario, China, Maldivas, Líbano, Turquía y Corea del Sur se encuentran entre las naciones con los mayores aumentos globales de 1990 a 2016. China y Turquía, así como Vietnam y Nepal, registraron importantes tasas de progreso en cada periodo.
De los siete países con evaluaciones subnacionales, las diferencias dentro del país variaron significativamente: China - 43,5 puntos, India - 30,8 puntos, Brasil - 20,4 puntos, México - 17,0 puntos, Inglaterra - 16,9 puntos, Estados Unidos - 11,0 puntos y Japón - 4,8 puntos.
Además, las estimaciones se han extraído del estudio más reciente sobre la Carga Mundial de Morbilidad (CMM) y se han calculado utilizando un Índice Sociodemográfico (IDS) basado en las tasas de educación, fecundidad e ingresos. El IDS es más completo que el marco histórico de naciones "desarrolladas" frente a naciones "en vías de desarrollo".
Estos resultados revelaron que muchos países con un IDS de bajo a medio experimentaron una aceleración sustancial del progreso entre 2000 y 2016, especialmente en África Subsahariana y el Sudeste Asiático. Entre ellos se encuentran Ruanda, Etiopía, Bangladesh, Myanmar, Bután, Camboya y Laos.
Además, varios países de Europa del Este y Asia Central, entre ellos Rusia, Bielorrusia y Kazajstán, experimentaron un aumento de las mejoras entre 2000 y 2016, después de haber registrado resultados estancados o vacilantes entre 1990 y 2000.
En muchos países, la aceleración de los progresos entre 2000 y 2016 estuvo impulsada por los avances relacionados con las enfermedades prevenibles mediante vacunación, algunas enfermedades infecciosas (como las diarreicas), la salud maternoinfantil y un subconjunto de enfermedades no transmisibles.
El autor principal del estudio, el Dr. Rafael Lozano, del IHME, señaló el valor del estudio, así como del Índice SDI y HAQ, para mejorar el acceso y la calidad de la atención sanitaria en el futuro. "Ahora es el momento de invertir para ayudar a ofrecer sistemas sanitarios mejores y más completos para la próxima generación, y para acelerar el progreso en la era de los Objetivos de Desarrollo Sostenible".