Un fungicida de venta libre puede alterar los niveles de hormonas esteroideas
Según un estudio del Instituto Nacional de Alimentación de la Universidad Técnica de Dinamarca, el ingrediente activo de los medicamentos utilizados habitualmente para tratar las infecciones por hongos puede alterar los niveles de hormonas esteroideas. Esto puede tener consecuencias para el desarrollo sexual de los fetos si las mujeres utilizan estos medicamentos durante el embarazo.
Las hormonas esteroides (sexuales) desempeñan un papel fundamental en el desarrollo sexual: Ayudan a determinar cómo los niños se convierten en niños y las niñas en niñas. Si estas hormonas se alteran durante la vida fetal, pueden provocar una serie de trastornos reproductivos al nacer y más adelante en la vida, como malformaciones en los genitales y disminución de la fertilidad.
Se sabe que muchas sustancias químicas del medio ambiente alteran el sistema hormonal y a menudo se denominan sustancias químicas disruptoras endocrinas. Los fungicidas azólicos constituyen un grupo que puede actuar como disruptores endocrinos. Los azoles se utilizan para combatir las infestaciones de levaduras en las semillas y los cultivos alimentarios, pero también se emplean en medicamentos para los seres humanos.
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La mayoría de los azoles utilizados en los medicamentos están estrictamente regulados y su uso está bien controlado. Sin embargo, algunos se venden sin receta, por ejemplo el clotrimazol, que se utiliza para tratar diversas infecciones fúngicas, incluida la candidiasis vaginal.
Alteración significativa de las hormonas sexuales
En un estudio reciente, investigadores del Instituto Nacional de Alimentación han demostrado que el clotrimazol puede alterar significativamente las hormonas sexuales de las ratas embarazadas y de sus fetos en desarrollo.
Estos efectos se observaron a las mismas concentraciones de exposición que las observadas en mujeres embarazadas, que utilizan clotrimazol para tratar la candidiasis. El estudio también reveló que la sustancia química se elimina rápidamente del cuerpo de las ratas, al igual que en los seres humanos. No obstante, el clotrimazol afecta al sistema endocrino durante una época sensible del desarrollo, lo que hace temer que la exposición humana pueda dar lugar a efectos similares.
Otro estudio en humanos ya había suscitado preocupación por la posibilidad de que el clotrimazol altere el desarrollo sexual masculino. Este nuevo estudio confirma que el clotrimazol puede alterar las hormonas de los fetos de rata, lo que puede tener consecuencias en el desarrollo sexual.
A los investigadores les preocupa que el uso indiscriminado de la medicación durante el embarazo pueda tener efectos negativos en el desarrollo sexual del feto, sobre todo si la futura madre también se expone al mismo tiempo a otras sustancias químicas que alteran el sistema endocrino, como el paracetamol y otras sustancias como los ftalatos y los bisfenoles de los plásticos.
Necesidad de más investigación
El problema no es necesariamente la exposición al clotrimazol por sí sola, sino la exposición combinada a los disruptores endocrinos a los que pueden estar expuestas las mujeres durante el embarazo. Una mayor investigación podría ayudar a determinar esto, por lo que los investigadores del Instituto Nacional de la Alimentación piden que se conozca mejor esta cuestión.