La lactancia materna: Las primeras 72 horas

La lactancia materna: Las primeras 72 horas

La lactancia es natural, pero eso no significa que sea algo natural. Muchas madres lactantes le dirán que los primeros días son los más difíciles: tanto usted como su bebé están aprendiendo, y su cuerpo se está adaptando a sus nuevas exigencias. Establecer hábitos beneficiosos y desarrollar un horario desde el principio fomentará una lactancia triunfal en los meses siguientes.

El éxito de la lactancia comienza en la sala de partos. Algunas madres optan por colocar a sus hijos directamente sobre su pecho en el momento del nacimiento, con lo que se inicia el proceso de vinculación y el contacto piel con piel que puede conducir a una mejor lactancia. Otras prefieren esperar unos minutos mientras se corta el cordón umbilical y se expulsa la placenta. En cualquier caso, el contacto temprano es importante, así que acércate lo antes posible durante la primera hora para favorecer que la leche materna empiece a fluir.

El mejor momento para empezar a dar el pecho es la primera vez que se coge al recién nacido. El reto inicial es formar un buen enganche, la clave para una succión menos dolorosa y más eficaz. Para conseguirlo, guía suavemente la barbilla del bebé hacia abajo para que tenga la boca bien abierta y acércalo al pecho. Su boca debe cubrir la mayor parte posible de la areola (la parte oscura del pezón) para que el pezón quede más atrás en la boca del bebé. Si el agarre es demasiado superficial o incómodo para ti, rompe la succión introduciendo el dedo meñique entre el labio inferior del bebé y tu piel. Vuelve a intentarlo hasta que ambos lo consigan.

Al principio, te parecerá que el bebé no toma suficiente leche, pero si moja los pañales, ¡algo estás haciendo bien! Tu producción de leche no se completará hasta dentro de dos o cuatro días (en la mayoría de los casos), pero desde el momento del nacimiento del bebé, tu cuerpo está produciendo calostro, una forma de leche humana que es biológicamente ideal para satisfacer las necesidades del bebé. Esta primera leche, que es crucial, tiene un alto contenido en proteínas y anticuerpos: le transmite fuerza y refuerzos de inmunidad que protegerán al recién nacido.

Establecer un horario de lactancia
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Introduce un horario de lactancia consistente desde el primer día. Se recomienda que los bebés se alimenten de 10 a 15 minutos en cada pecho, y las tomas deben estar separadas por unas dos horas durante la primera semana, incluso durante la noche. (Nota: el horario de las tomas debe ser de principio a fin, no de fin a fin. Si una toma va desde el mediodía hasta las 12:45, empieza la siguiente a las 14:00) Sin embargo, no seas esclava del reloj. Estate atenta a las señales de hambre -sujeción, succión y eventualmente llanto- y ofrécele el pecho cada vez que lo busque. Quizá quieras mantener a tu bebé en la habitación del hospital contigo, incluso durante la noche, para acostumbrarte a sus señales y sincronizar más vuestros horarios. Si el bebé pasa la noche en la guardería, asegúrate de que las enfermeras sepan que quieres darle el pecho al menos cada dos horas.

Mientras tu bebé se acostumbra a la lactancia, evita darle agua con glucosa, leche de fórmula u otros líquidos, y pide a las enfermeras que hagan lo mismo. Dejar de lado el chupete durante los primeros días de lactancia también puede ayudar a que el bebé adquiera hábitos eficaces más rápidamente. Asegurarte de que tu pequeño se alimenta con frecuencia y de forma satisfactoria ayudará a que la producción de leche materna llegue antes y con más fuerza.

Sin embargo, incluso antes de la subida de la leche, puedes empezar a sentir molestias en los pezones, dolor u otros problemas habituales de la lactancia. Esto no significa necesariamente que estés haciendo algo mal, pero habla con una asesora de lactancia o con una enfermera especializada en lactancia materna antes de salir del hospital. Pueden ofrecer un valioso apoyo a la lactancia para asegurarse de que el bebé se agarra bien y está colocado correctamente. Esto ayudará a minimizar el dolor y a aumentar tu confianza en que el bebé está recibiendo suficiente leche materna para fomentar un aumento de peso saludable en esos primeros días de vida.

Volver a casa con el bebé

Cuando llegues a casa después del hospital, sigue con tu pauta de alimentación y considera la posibilidad de compartir la habitación con tu bebé durante la noche. Mantener su moisés o dispositivo de colecho cerca de tu cama facilitará las tomas y estarás más pendiente de sus necesidades. Como es posible que estés bastante agotada por las exigencias físicas y el agotador horario de la lactancia de tu bebé, no dependas de tu memoria. Registra la hora y la duración de cada sesión de lactancia y documenta cada pañal mojado y sucio para poder seguir la evolución del bebé y tener un informe completo para el pediatra (la primera visita debería ser de tres a cinco días después del parto). Lleva también la cuenta de con qué pecho has empezado cada sesión, e intenta alternar cada vez.

Si al principio te parece que no tienes mucho tiempo entre tomas, es porque realmente no lo tienes. Aguanta y aprende a hacer varias cosas a la vez: Haz punto, ponte al día con la última temporada de tu serie favorita, lee un buen libro y alimenta a tu bebé al mismo tiempo. Puede que disfrutes de la vida a un ritmo más lento durante un tiempo, aunque no consigas tanto como de costumbre.

Y luego el diluvio de leche materna

La subida de la leche se producirá entre el segundo y el cuarto día. En este momento, los pechos pueden estar inusualmente grandes, hinchados y duros. Este periodo de congestión mamaria es algo incómodo en el mejor de los casos, pero para muchas mujeres puede ser francamente doloroso.

Como tu cuerpo regula la cantidad de leche que vas a producir, da el pecho con frecuencia y utiliza el sacaleches sólo si la areola está demasiado firme para que el bebé se agarre a ella. Durante la lactancia, masajea el pecho para favorecer la bajada de la leche y mantener el flujo. Si el dolor sigue siendo excesivo, prueba a aplicarte compresas frías u hojas de col entre las tomas, o pregunta a tu médico si puedes tomar un analgésico suave. Ten en cuenta que (1) toda esta producción de leche es realmente buena, y (2) la verdadera congestión suele durar sólo un par de días: ¡puedes hacerlo!

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