Los científicos han descubierto cómo enviar esperma de ratón viable en tarjetas postales

Los científicos han descubierto cómo enviar esperma de ratón viable en tarjetas postales

Una forma sencilla de transferir el esperma por correo podría encontrar una aplicación en los estudios científicos y la cría de animales.

El esperma se transporta a menudo a nivel nacional e internacional, pero los frascos de vidrio que se suelen utilizar para el transporte son vulnerables a la rotura durante el mismo.

Un equipo dirigido por Daiyu Ito, de la Universidad de Yamanashi (Japón), ha ideado un método de entrega de esperma que elimina el riesgo de pérdida de muestras. El método consiste en colocar el esperma en una hoja de papel y enviarlo por correo.

"Hasta ahora, el envío de esperma de ratón a otros investigadores requería un entorno de congelación como el nitrógeno líquido o un congelador", dice Ito. "No sólo es costoso mantener el suministro constante de nitrógeno líquido y la electricidad necesaria para el transporte, sino que si hay una interrupción de la carretera o un corte de energía debido a un terremoto, todo el esperma se derretirá y no estará disponible".

Los investigadores pensaron que una alternativa podría ser liofilizar el esperma en una superficie y enviarlo por correo ordinario. Después de probar varios materiales, como papel de filtro y láminas de vinilo, el equipo descubrió que el papel de pesaje -un tipo de papel que se utiliza para guardar las muestras que se pesan en los análisis científicos- era la mejor opción. El esperma de ratón podía liofilizarse en el papel y seguir siendo viable cuando se recuperaba más tarde. Miles de muestras de esperma de ratón podían almacenarse de este modo en un único libro, al que los investigadores han llamado "libro de esperma".

Para poner a prueba el método, los investigadores liofilizaron el esperma de los ratones en una hoja de papel de pesaje, antes de intercalar el papel entre hojas de plástico para facilitar su manejo y enviarlo a través del servicio postal japonés, ya sea en un sobre o adjunto a una tarjeta postal.

Cuando las muestras se recuperaron tras recorrer 200 kilómetros -desde la Universidad de Tokio hasta la de Yamanashi- en el transcurso de dos días, los investigadores pudieron utilizar el esperma para producir ratones sanos.

La sencillez de este método de entrega implica que existe la posibilidad de que se produzcan abusos, incluido el transporte ilegal de material genético. Esto significa que habrá que estudiar nuevas normativas, afirma Ito, cuyo equipo ya envió esperma de ratón al espacio.

También es quizá improbable que el nuevo método se utilice en tratamientos de fertilidad humana, afirma Ryosuke Kaneko, de la Universidad de Osaka (Japón), que no participó en el análisis.

"Dada la posibilidad de que las tecnologías de reproducción asistida humana aumenten el riesgo de algunas enfermedades en los últimos años de la descendencia, hay que tener precaución a la hora de aplicar los presentes resultados a la preservación del esperma humano", afirma Kaneko. "Sin embargo, este estudio plantea la intrigante idea de que los espermatozoides humanos podrían conservarse y transportarse mediante métodos menos costosos, más seguros, que ahorren espacio y sean sencillos".

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