Cómo recuperar el control de tu vida frente al estrés del embarazo
Las investigaciones sugieren que el estrés severo puede crear problemas durante el embarazo -y a veces muy graves- al hacer que el cuerpo produzca ciertas hormonas que pueden provocar un parto prematuro o incluso desencadenar un aborto. Además, las consecuencias emocionales del estrés para cualquier persona, esté esperando un hijo o no, pueden ir desde una leve sensación de agobio hasta graves episodios de depresión.
Hay que tener en cuenta que hace falta un estrés extremo para que se produzcan resultados tan nefastos. El tipo de estrés que sufren la mayoría de las futuras madres no es tan grave como para provocar la pérdida de un embarazo: Es el tipo de estrés y ansiedad cotidianos que pueden tratarse fácilmente. Si estás esperando un bebé y estás estresada, aquí tienes algunas formas sencillas de afrontarlo, simplemente controlando mejor tu vida.
Examine su estilo de vidaHaga un balance de sus actividades laborales, responsabilidades familiares y domésticas y otras obligaciones. ¿Tiene tiempo para hacer ejercicio, relajarse, disfrutar de sus aficiones y hacer amigos? Si estas necesidades básicas faltan en su vida cotidiana, es hora de reducir las cosas que le producen estrés: Por ejemplo, si te lo puedes permitir, reduce el horario con tu jefe y delega las tareas domésticas en otros miembros de la familia. Anota tu "tiempo para mí" en tu calendario, igual que harías con una reunión de trabajo.
Reducir en etapasCómo afecta el estrés a tu embarazo
El estrés reduce la motilidad del esperma al alterar las mitocondrias
Incluso si te encuentras bien en una etapa del embarazo, prepárate para que eso cambie a medida que avanzas. Por ejemplo, una vez pasados los primeros meses de fatiga y náuseas matutinas, es posible que tengas una enorme cantidad de energía, lo que es típico durante el segundo trimestre.
Sin embargo, para el tercero, es posible que estés luchando con tu creciente circunferencia y también con la ansiedad de asegurarte de que la habitación del bebé está preparada o de dar a luz. Reduce tus actividades y duerme más. Sigue una dieta equilibrada. Haz más ejercicio (suave). Permítete tiempo para leer, pensar y planificar el nuevo e increíblemente importante papel de madre que pronto asumirás.
Déjate llevarMuchas cosas del embarazo no están bajo su control. Es posible que experimente fuertes náuseas matutinas. Puede tener una fatiga abrumadora. Puede desarrollar una complicación que requiera reposo en cama o incluso que la lleve al hospital durante un tiempo.
Entrégate a todo lo que ocurra, porque lo más probable es que ocurra por una razón: Esas náuseas son una señal de que tus hormonas están fluctuando exactamente como deberían para favorecer un embarazo saludable, por ejemplo.
Conoce tu propia menteAparte del médico o la comadrona, tú eres la persona más indicada para determinar qué necesitas, cuánto debes trabajar, cuánto debes descansar y qué debes comer durante el embarazo. No te dejes llevar por los consejos bienintencionados pero a menudo incorrectos de los demás.
Diga lo que piensaMantén las líneas de comunicación abiertas con tus seres queridos, especialmente con tu pareja y otros miembros de la familia. Si no se lo dices, no sabrán lo que sientes ni lo que quieres o necesitas. Tampoco sabrán cómo pueden ayudarte mejor.
No seas un héroePor muy independiente que seas por naturaleza, no es el momento de excederte, ni física ni mentalmente. Si hacer malabares con tu trabajo y la colada es demasiado, pide a tu pareja que se encargue de la ropa sucia, por ejemplo. Si tu jefe te pide que viajes más de lo que te resulta cómodo, averigua si un compañero de trabajo puede ir en tu lugar o utiliza Skype u otra herramienta de telecomunicaciones para relacionarte con los clientes.
Léelo todoAprende todo lo que puedas sobre el embarazo. Únete a un grupo de chat sobre el embarazo, habla con tus amigas, asiste a clases y habla con tu médico o matrona para aprender todo lo posible no sólo sobre la biología del embarazo, sino también sobre sus implicaciones emocionales. De este modo, es menos probable que te preocupes por un síntoma o una sensación que tengas porque ya entenderás de dónde viene y, lo más importante, que es perfectamente normal.
Date permiso para relajarte. Tómate tiempo para hacer lo que te haga sentir bien y no te permitas sentirte culpable por ello.
Aprenda a relajarseLas investigaciones han demostrado que el uso de técnicas de relajación probadas puede ayudar a estabilizar el ritmo cardíaco, la presión arterial, los niveles de las hormonas del estrés y la tensión muscular.
DiarioEl proceso de identificar los pensamientos y sentimientos es una forma excelente de comprender lo que estás experimentando. Escribe tus pensamientos en un diario o habla con tu teléfono.
Valide sus emocionesEste proceso se llama "reestructuración cognitiva". A menudo hacemos suposiciones negativas sobre nosotros mismos basándonos en las reacciones y comentarios de otras personas. Si puedes identificar los pensamientos repetitivos y escribirlos, podrás empezar a determinar si son razonables o no.
Busque ayuda profesionalPuede ser en forma de consulta con un terapeuta, de toma de medicamentos (hay fármacos que son seguros durante el embarazo) o de ambas cosas. En resumen: Haz lo que necesites para sentirte feliz y relajada. Incluso si no consigues hacerlo por ti, hazlo por tu bebé.