Secuelas posteriores a un embarazo psicológico
Un embarazo psicológico se produce cuando un estado emocional provoca efectos físicos en el cuerpo, llegando a causar los síntomas habituales de un embarazo real. Ese estado emocional, puede ser un deseo desmedido por ser madre o, por el contrario, un miedo terrible por quedarse embarazada, aunque existen otras causas. Pero, ¿cuáles son las secuelas posteriores a un embarazo psicológico?
Como a primera vista no existen diferencias entre un embarazo psicológico y uno real, es muy importante que la mujer se someta a diferentes pruebas médicas para determinar en qué situación se encuentra. Muchas de ellas, cambian en varias ocasiones de ginecólogo, ante la búsqueda de un resultado positivo, por eso es recomendable que su pareja siempre le acompañe para que también le ayude a asimilar la realidad.
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Ya sea bien un test de embarazo, una ecografía o una analítica para determinar la existencia de la hormona del embarazo, todas estas pruebas tienen 100% de fiabilidad, es decir, que no producen ningún resultado falso. Aunque a veces a la mujer le cuesta asimilarlo, es el primer paso para reconocer que está sufriendo un embarazo psicológico.
El segundo paso sería acudir a un psiquiatra o psicólogo, ya que este tipo de ayuda resulta fundamental para las mujeres que han pasado por esta situación. El especialista determinará cuáles han podido ser las posibles causas por las que se ha producido el embarazo psicológico y, de esta manera, establecer el tratamiento más adecuado en cada caso.
Las secuelas posteriores a un embarazo psicológico pueden afectar a la vida cotidiana no sólo de la mujer que lo padece, sino también de las personas que la rodean, ya que puede desembocar en una depresión y patologías mayores que pueden llegar a perjudicar gravemente la salud. Por esta razón, es fundamental que se detecte y se trate cuanto antes.