La viabilidad de la criopreservación de esperma en pacientes masculinos de COVID-19
En un artículo publicado recientemente en Frontiers in Endocrinology, los científicos descifran la posibilidad de criopreservar el esperma de los pacientes con la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19). El artículo también propone algunas sugerencias para ayudar a los criobancos a realizar el procedimiento adecuado para preservar el esperma de los pacientes con COVID-19.
Antecedentes
Se ha comprobado que el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), el patógeno causante del COVID-19, induce diversas anomalías reproductivas, como la reducción de la producción de esperma y la alteración estructural de los tejidos testiculares, los trastornos de las hormonas sexuales y la mala calidad del esperma.
En el sistema reproductor masculino, el SARS-CoV-2 puede alterar la barrera sangre-testis para atacar directamente las células germinales y perturbar el eje hipotálamo-hipófisis-testicular para alterar la secreción de hormonas sexuales. Además, el estrés oxidativo inducido por el virus, la inflamación y la fiebre relacionada con la infección pueden alterar el funcionamiento general del sistema reproductivo.
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Posibles variaciones en la calidad del esperma de pacientes infértiles durante la pandemia de COVID-19
En cuanto a la presencia de SARS-CoV-2 en el semen, la mayoría de los estudios han informado de que no es afirmativa. Sólo unos pocos estudios han detectado ARN viral en el semen. Debido a la superposición de los tractos urinario y reproductivo distales en los varones, el ARN viral en el semen podría aparecer posiblemente a partir de la excreción urinaria. Además, se carece de pruebas que respalden la presencia del SRAS-CoV-2 en los tejidos testiculares.
Posibilidad de criopreservación de esperma
Durante la fase inicial de la pandemia de COVID-19, muchos criobancos y centros de fertilidad han suspendido varios procedimientos de fertilidad, incluida la criopreservación de esperma y la fecundación in vitro (FIV), por temor a la propagación del virus en el trabajo entre el personal y los pacientes. Sin embargo, para los pacientes con cáncer u otras enfermedades críticas, la criopreservación de esperma es un requisito urgente antes de iniciar las intervenciones terapéuticas, ya que muchas terapias pueden causar infertilidad temporal o permanente en los pacientes masculinos.
Los estudios han detectado más de 27 virus en el semen, incluidos el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el Zika y las paperas. Algunos virus, como el del Zika, pueden incluso detectarse en el esperma de pacientes asintomáticos hasta un año después de la recuperación.
El personal de laboratorio que trabaja en criobancos o centros de fertilidad corre un alto riesgo de exposición viral directa durante el procesamiento de muestras de semen recogidas de individuos infectados por el virus. Además, la contaminación cruzada entre las muestras infectadas y no infectadas puede producirse durante la fase de crioconservación, ya que muchos virus pueden sobrevivir durante mucho tiempo en la temperatura ultrabaja del nitrógeno líquido. Por lo tanto, las muestras de semen que contienen virus infecciosos deben ser tratadas con mayor precaución para evitar la exposición viral inesperada y la contaminación cruzada.
Procedimientos a seguir durante la criopreservación de esperma de pacientes con COVID-19
Aunque el riesgo de infección por el SARS-CoV-2 en el semen es muy bajo, deben tomarse precauciones en los criobancos para evitar riesgos sanitarios innecesarios. En el presente artículo, los científicos han sugerido algunos procedimientos de precaución basados en la opinión de expertos disponible en la literatura.
Los criobancos que planeen conservar esperma de pacientes con COVID-19 deben invitar a las autoridades de salud reproductiva a evaluar las condiciones e instalaciones del laboratorio. Deben formar a su personal para que adopte los procedimientos de precaución adecuados y disponer de un laboratorio independiente para la recogida de esperma de los pacientes con COVID-19.
Para minimizar el contacto directo con los pacientes, se podrían utilizar plataformas en línea para recoger los antecedentes epidemiológicos y médicos de los pacientes con infección aguda por el SRAS-CoV-2. Las muestras de semen deberían analizarse mediante la reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR) para detectar el SRAS-CoV-2. Posteriormente, las muestras negativas para el SRAS-CoV-2 deben recogerse en crioviales de alta seguridad y almacenarse en nitrógeno líquido en fase de vapor.
Dada la posibilidad de una presencia duradera del SRAS-CoV-2 en el organismo, los pacientes recuperados de la COVID-19 deben disponer de instalaciones de criopreservación al menos 3 meses después de la desaparición de los síntomas. Concretamente, este intervalo debe ampliarse en 6 meses o más en el caso de los pacientes con COVID-19 de larga duración. En condiciones no urgentes, la criopreservación de esperma de los pacientes con reinfección debe posponerse.
En los laboratorios que se ocupan de las condiciones fisiológicas y patológicas del sistema reproductor masculino, se debe utilizar la cabina de bioseguridad de clase II para la criopreservación de emergencia de esperma de pacientes COVID-19 con otras enfermedades críticas, como el cáncer. Inmediatamente después de examinar, procesar y almacenar el esperma, todo el equipo debe ser eliminado adecuadamente.
Dado que el SARS-CoV-2 podría estar presente en otros tejidos, debe evitarse la congelación directa de los espermatozoides recogidos mediante cirugía. Todas las muestras de esperma deben lavarse repetidamente y examinarse para detectar el SARS-CoV-2 antes de la criopreservación.
Se recomienda encarecidamente evitar la conservación de los espermatozoides positivos al SARS-CoV-2. Sin embargo, en condiciones de emergencia en las que no sea posible tomar más muestras de semen, las muestras positivas al virus deben lavarse con un gradiente de doble densidad seguido de un swim-up. Estos procedimientos ayudan a diluir el virus antes de la criopreservación.