Los investigadores están más cerca de revertir el proceso de envejecimiento destructivo de los óvulos
En gran parte del mundo, cada vez son más las mujeres que retrasan el nacimiento de su primer hijo hasta finales de la treintena, e incluso hasta la cuarentena. A esta edad, sus óvulos se deterioran con rapidez y, aun con la FIV, sus perspectivas de concepción están lejos de estar garantizadas.
Invertir ese deterioro es el objetivo último del Dr. Michael Klutstein, biólogo molecular y director del Laboratorio de Investigación sobre Cromatina y Envejecimiento de la Facultad de Odontología de la Universidad Hebrea de Jerusalén (HU). Esta posibilidad está ahora un paso más cerca con una reciente investigación de su laboratorio, realizada por la estudiante de doctorado Peera Wasserzug-Pash. en colaboración con médicos de los hospitales Hadassah Medical Center y Shaare Zedek. Sus resultados se han publicado en Aging Cell.
En los humanos, los óvulos empiezan a acumular daños en su material genético cuando la mujer es relativamente joven. A menudo, cuando tiene más de 30 años, sus óvulos han acumulado tantos daños en el ADN que son incapaces de madurar y ser fecundados. El equipo del Dr. Klutstein logró identificar uno de los procesos de envejecimiento que impiden la maduración satisfactoria de un óvulo. El más importante de ellos es la pérdida de los procesos de regulación que normalmente impiden que las partes dañinas del ADN se activen.
Los investigadores utilizan el análisis de una sola célula para evaluar los efectos del envejecimiento en los óvulos de los ratones
Investigadores de la UQ revierten el proceso de envejecimiento reproductivo en ratones
Es una idea extraña en muchos sentidos: partes de nuestro ADN contienen secciones de material genético que pueden ser perjudiciales. De hecho, cerca de la mitad de nuestro genoma está formado por secuencias similares a los virus o fragmentos de virus, que pueden causar un daño considerable al ADN si se permite que se activen mediante su expresión. Esta idea se ha estudiado ampliamente y fue descubierta por Barbara McClintock, que recibió el Premio Nobel en 1983 por su trabajo sobre este tema.
Es el proceso de envejecimiento el que provoca el fracaso del sistema para mantener reprimidos e inactivos estos elementos dañinos. La investigación de Klutstein y su equipo de la UH, utilizando óvulos de ratón y humanos, no sólo identificó los detalles de estos procesos, sino que demostró cómo están interrelacionados y, en última instancia, impiden que un óvulo madure.
Para confirmar sus hallazgos, el equipo utilizó sustancias químicas que imitan los procesos reales que detienen la represión de secciones del ADN de los óvulos y liberan los virus que dañan el ADN. La reproducción artificial de los procesos de envejecimiento permitió al equipo relacionar los procesos de pérdida de regulación genómica y la expresión de elementos dañinos en los óvulos envejecidos.
En la última fase de su investigación se probaron formas de invertir los procesos de envejecimiento destructivos que se producen en un óvulo. Si los virus o partes de los virus se liberan y activan en los óvulos envejecidos, tal vez los medicamentos antivirales podrían prevenir este proceso y el daño resultante.
En su artículo, los investigadores demostraron que los medicamentos antivirales invirtieron el proceso en los óvulos de ratón y volvieron a ser jóvenes. También se ha conseguido un éxito similar utilizando la manipulación genética para insertar dos genes en el ADN de los óvulos de ratón: los genes implantados producen enzimas que impiden la cadena de acontecimientos que conducen a la activación de las partes dañinas del ADN.
Dentro de una década, espero que seamos capaces de aumentar la fertilidad entre las mujeres mayores utilizando medicamentos antivirales".
Dr. Michael Klutstein, Jefe del Laboratorio de Investigación sobre Cromatina y Envejecimiento, Facultad de Medicina Dental, Universidad Hebrea de Jerusalén