Cuidado de los pechos en lactancia
Si la lactancia es tan natural, debe resultar fácil, ¿verdad? Sí y no. Desgraciadamente, casi la mitad de las madres que empiezan a dar el pecho a sus bebés lo abandonan en las primeras seis semanas y se pierden todos sus importantes beneficios. Veamos cómo preparar los pechos para la lactancia y cómo cuidarlos durante la misma.
Por qué los pechos necesitan cuidados durante el embarazo
Tus pechos empiezan a prepararse para alimentar a tu bebé casi desde el primer día de tu embarazo. En los primeros días probablemente hayas notado que están más hinchados y sensibles. El aumento de su tamaño durante el primer trimestre se debe al desarrollo de las estructuras productoras de leche en su interior. Tu flujo sanguíneo aumenta y las venas, junto con las estrías, pueden hacerse visibles.
Los pezones y la areola (zona que rodea al pezón) pueden duplicar su tamaño y adquirir un color más intenso. Este oscurecimiento ayuda al recién nacido a localizar el pezón para alimentarse. Las pequeñas glándulas situadas en la areola se volverán más pronunciadas. Esto es importante porque estos tubérculos segregan un lubricante antibacteriano que mantiene el pezón húmedo y protegido durante el embarazo y la lactancia. Ten mucho cuidado de no utilizar un jabón o una crema que pueda eliminar las funciones lubricantes y antibacterianas naturales de los pechos.
Cambios en los pechos durante el embarazo
Los beneficios de la lactancia materna
Si tus pezones están secos o agrietados, dale a tu pecho un cuidado extra con el bálsamo Milkies Nipple Nurture de Fairhaven Health. Los ingredientes totalmente naturales calman, protegen y curan los pezones doloridos o agrietados.
Hacia el quinto o sexto mes, los pechos están preparados para producir leche. Algunas mujeres pueden notar gotas de líquido en el pezón. Este líquido es el calostro y será el primer alimento de tu bebé en los primeros días después del parto.
Por qué las madres lactantes necesitan un sujetador de lactancia
Después del parto, cuando la producción de leche se pone en marcha, los pechos se llenan de leche, lo que los hace más pesados y necesitan cuidados de apoyo. Un buen sujetador sujeta los ligamentos dentro y alrededor de los pechos mientras éstos trabajan para sostener el peso extra de tus pechos más llenos y pesados. Un buen soporte ahora minimizará la caída de los pechos más adelante.
Los sujetadores de lactancia están diseñados con solapas o paneles que se abren fácilmente y permiten a tu bebé acceder a tus pechos sin tener que quitarte el sujetador entero.
Consejos para elegir un sujetador de lactancia
El sujetador de lactancia debe dar soporte pero no apretar. No debe dejar marcas ni hendiduras en la piel. Si el sujetador te aprieta demasiado, puede provocar la obstrucción de los conductos lácteos, mastitis o una disminución de la producción de leche. Toma una nueva medida o pide a un especialista en sujetadores de tu tienda de lencería o de maternidad favorita que te la tome. También pueden ayudarte a probar el sujetador y a elegir el más adecuado.
Es preferible un sujetador de copa blanda a un sujetador con aros. El alambre de un sujetador con aros puede ejercer presión sobre el tejido de la base del pecho y provocar los mismos problemas que un sujetador ajustado.
Elige un sujetador de algodón u otros materiales naturales. Los materiales naturales son absorbentes y permiten que el aire fluya hacia tus pechos. Los materiales sintéticos pueden irritar tus pechos y atrapar la humedad.
Escoge un sujetador que tenga solapas que puedas manejar con una sola mano para que puedas abrirlo y cerrarlo fácilmente mientras sostienes a tu bebé. Asegúrate de que haya espacio para un disco de lactancia en caso de que tengas pérdidas.
Puede ser útil tener al menos dos sujetadores de lactancia para poder usar uno mientras el otro está en la lavadora. Cámbiate de sujetador cada vez que se ensucie o se moje, ya que la humedad que se acumula en los pechos durante mucho tiempo puede provocar irritación de la piel, dolor en los pezones, mastitis o aftas. Los cojines de lactancia o los protectores mamarios que se llevan dentro del sujetador también pueden ayudar a mantenerlo limpio y seco.