La dieta mediterránea puede conducir al consumo de demasiados contaminantes ambientales
Una dieta mediterránea puede aportar muchos beneficios para la salud, pero se corre el riesgo de consumir demasiados contaminantes ambientales. Los alimentos de producción ecológica pueden ser la solución, según un nuevo estudio.
Mucha gente confía en la dieta mediterránea, que consiste en comer muchas frutas y verduras, cereales integrales, frutos secos, legumbres y pescado, junto con un poco de vino. Otra ventaja es que esta dieta solo contiene pequeñas cantidades de grasas saturadas procedentes de los productos lácteos y la carne roja.
Pero un nuevo estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Oslo y de universidades de otros países hizo un descubrimiento bastante sorprendente: las personas que participaron en el estudio y que vivían con una dieta mediterránea que contenía alimentos cultivados de forma normal tenían una ingesta de contaminantes ambientales tres veces superior a la que tenían cuando comían una dieta ordinaria y occidental.
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El profesor Per Ole Iversen, del Departamento de Nutrición de la Universidad de Oslo, ha participado en el estudio, junto con el director del proyecto, Carlo Leifert, que es profesor visitante de la Universidad de Oslo. Según Iversen, uno de los principales puntos fuertes del estudio es que tuvo en cuenta varios factores. Los participantes se dividieron en dos grupos: uno comió una dieta mediterránea basada en alimentos cultivados de forma ordinaria, mientras que el otro grupo comió una dieta mediterránea basada únicamente en alimentos cultivados de forma ecológica. Antes y después del periodo en el que siguieron una dieta mediterránea, todos los participantes comieron su dieta normal.
En el grupo que seguía una dieta mediterránea basada en alimentos cultivados de forma ecológica, el nivel de contaminantes ambientales se redujo en un 90% en comparación con el grupo que seguía una dieta mediterránea con alimentos cultivados de forma ordinaria, afirma Iversen.
Los contaminantes ambientales pueden afectar a las hormonas del organismo
Los investigadores analizaron la orina de los participantes e investigaron qué contaminantes estaban presentes en los alimentos que consumían.
Leifert, que es profesor adjunto en la Southern Cross University de Australia y profesor visitante en la Academia China de Ciencias Agrícolas, revela que se sabe o se sospecha que varios de los contaminantes ambientales que encontraron afectan a las hormonas del organismo. Cada vez hay más pruebas de que esas toxinas pueden debilitar nuestro sistema de defensa inmunitario y quizá también nuestra fertilidad. Si las hormonas se desequilibran, también pueden tener un efecto negativo en el crecimiento y el desarrollo de los niños.
-Las frutas, verduras y cereales integrales cultivados de forma convencional son algunas de las principales fuentes de contaminantes ambientales que se absorben a través de nuestra dieta. Dado que la dieta mediterránea se basa en este tipo de alimentos, las personas que la consumían tenían una ingesta diez veces mayor de estos contaminantes que si su dieta se hubiera basado en alimentos cultivados de forma ecológica, explica Leifert.
Tanto el pescado de piscifactoría como el salvaje pueden contener contaminantes ambientales, pero normalmente en pequeñas cantidades.
No hay advertencia contra la dieta mediterránea
Sin embargo, los científicos aún no están en condiciones de emitir una advertencia contra la vida en una dieta mediterránea desprovista de alimentos de cultivo ecológico. Como aclara Iversen, el estudio no es muy amplio y aún no se han podido controlar los efectos a largo plazo sobre la salud de dicha dieta.
-Para quienes consumen una dieta mediterránea no ecológica, aún no sabemos qué será más decisivo a largo plazo: consumir nutrientes mejores y más sanos que si comieran una dieta convencional del norte de Europa, o absorber un mayor volumen de contaminantes ambientales. Habrá que esperar a los resultados de los estudios de investigación en poblaciones más amplias, dice el profesor.
Nuestra ingesta de contaminantes ambientales también procede de otras fuentes, como el aire que respiramos y a través de cosméticos como las cremas para la piel. Este estudio no ha ajustado sus resultados para tener en cuenta estos factores.
-Pero es improbable que los dos grupos de nuestro estudio difieran en cuanto a los dos factores mencionados debido a la forma en que se diseñó el estudio, cree Iversen.
El científico de la Universidad de Oslo afirma que, por el momento, seguirán promoviendo las directrices dietéticas oficiales.
Un nuevo estudio sobre 200 mujeres embarazadas
Con el apoyo de la Universidad de Oslo y la Fundación Eckbo, Iversen y sus colegas investigadores estudiarán entre 150 y 200 mujeres embarazadas en Noruega. Un grupo comerá alimentos ecológicos hasta el nacimiento de su hijo, mientras que el otro comerá "como de costumbre". A ambos grupos se les recomendará que sigan las directrices dietéticas nacionales para mujeres embarazadas. A continuación, Iversen y su equipo de investigación analizarán la presencia de contaminantes ambientales en la sangre, la orina y las heces de las participantes.
Queremos averiguar si el primer grupo que come alimentos ecológicos tendrá niveles más bajos de contaminantes ambientales. Para ello, también analizaremos la orina de los bebés. Además, se hará un seguimiento de los participantes durante un periodo posterior de dos años".
Profesor Per Ole Iversen, Departamento de Nutrición, Universidad de Oslo