Preparar a las mascotas para su bebé
Pronto será el momento de presentar a su "bebé" peludo, escamoso o con plumas a su nuevo bebé humano!
Como habrás adivinado, es probable que sea un gran ajuste para Mittens o Rocco. Ellos han tenido la mayor parte de su atención durante mucho tiempo. ¿Cómo puede ayudarles a adaptarse y a aprender a amar a la nueva adición, mientras mantiene a su bebé a salvo?
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Hay varias cosas que puedes hacer para facilitar la transición.
- Prepare a su mascota para las vistas, sonidos y olores de un nuevo bebé. Antes de que nazca el bebé, reproduzca periódicamente en la casa sonidos de bebé y presente un muñeco de aspecto realista que usted "cuide" para que el animal lo vea. Puede que se sienta un poco extraña, pero finja cambiar al bebé, póngalo en la nueva cuna y en el cochecito. Después de que nazca el bebé, envíe una manta que se haya usado para envolverlo a casa desde el hospital con un miembro de la familia o un amigo. Pueden permitir que su mascota la huela y se acostumbre al olor del bebé. Pero nunca dejes que se lleven a la boca la muñeca o la manta.
- Enseñe a su mascota modales. Si no ha llevado a su perro a un entrenamiento de obediencia, por ejemplo, al principio del embarazo es el momento de hacerlo. Una de las reglas más importantes que deben aprender: ¡no saltar! Puede que no le importen sus saltos ansiosos y babosos, pero incluso un salto cariñoso puede herir a un recién nacido.
- Si permite a sus mascotas en los muebles, es hora de establecer una nueva regla para mantenerlas alejadas. Poner a una mascota a la altura de los ojos de un bebé aumenta la posibilidad de que se lesione.
- Reubique las camas y las cajas de arena con mucha anticipación. Si la cama o la caja de arena de su mascota necesita ser movida según el lugar donde el bebé dormirá o jugará, hágalo bien antes de que el bebé llegue a casa, para que su mascota tenga tiempo de adaptarse y no asocie al bebé con ser desplazado.
- Aparta el "tiempo de calidad". Es un hecho que no tendrás tanto tiempo para tu mascota una vez que el bebé llegue a casa. Así que planifique con antelación y asigne momentos específicos del día en los que pasará tiempo concentrado jugando con su(s) mascota(s) y prestándole atención.
- Dedique tiempo al ejercicio. Si cree que no podrá hacer el ejercicio que su mascota necesita, especialmente en las primeras semanas de agotamiento, considere la posibilidad de contratar temporalmente una niñera o un paseador de perros.
- Aborde los problemas a tiempo. Si observa algún comportamiento problemático en su mascota, incluso pequeños signos de agresión, como gruñidos, comportamiento grosero o juego brusco, o ignorar órdenes, es hora de intervenir pronto antes de que se convierta en un peligro. Si trabaja con ellos ahora, y tal vez consiga la ayuda de un entrenador de obediencia, debería ser capaz de eliminar los problemas antes de que llegue su bebé.
- Maneje las presentaciones con cuidado. Lo ideal es que salude a su mascota primero cuando entre por la puerta después de tener al bebé, y que un amigo u otro miembro de la familia lo lleve dentro. Luego puede dejar que su mascota o mascotas "conozcan" al bebé (uno a la vez si hay más de un animal). Si hay algún signo de problema, sepárelos sacando al bebé de la habitación. No castigue a su mascota, pero si ve alguna agresión, póngase en contacto con un profesional.
- Mantenga a la mascota estresada lejos del bebé. Si su animal muestra signos de estrés, como respiración acelerada, andar de un lado para otro, o pelaje o plumas mullidas, es hora de aislarlo del bebé. Conozca las "señales de problemas" particulares de su mascota y mantenga una separación segura si ve esas señales.
- Déle a su mascota un espacio libre de niños. Por mucho que su mascota y su hijo crezcan para amarse, al igual que los humanos, las mascotas necesitan su espacio.
- Nunca, nunca, nunca (¿dijimos nunca? ¡NUNCA!) dejes a un bebé o niño a solas con tu mascota. No importa cuán gentil, dulce, bien entrenado, pequeño o perezoso sea tu mascota, sigue siendo un animal. Los animales son impredecibles y pueden herir o incluso matar a recién nacidos, bebés y niños en sólo una fracción de segundo. No vale la pena arriesgarse.