FIEBRE DEL BEBÉ: Las mujeres están dispuestas a arriesgar su propia salud para tener un bebé mientras el tiempo se agota
El estudio realizado por Opinium Research descubrió que tres de cada cinco mujeres que se encuentran en las primeras fases de su tratamiento de fertilidad tienen previsto recurrir a un tratamiento más agresivo (57%), y la mayoría (52%) está dispuesta a "sobremedicar", a pesar de que esto puede provocar el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO), que causa coágulos de sangre, insuficiencia renal y pérdida de embarazo.1
Después de un año de retrasos causados por la pandemia, seis de cada 10 (59%) sienten que el tiempo se está acabando, lo que significa que muchas (72%) están planeando acelerar su tratamiento. Tres de cada 10 (30%) están dispuestas a llevar su salud física y mental "al límite" si eso ayuda a sus posibilidades de quedarse embarazadas.
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Pero la presión para quedarse embarazada puede tener consecuencias reales para la salud física y mental. Más de una de cada cinco mujeres que se han sometido a un tratamiento de fertilidad (22%) admiten que se han sentido mal por lo que han sometido a su cuerpo, y siete de cada diez incluso informan de posibles síntomas de TEPT, como irritabilidad, insomnio, recuerdos y pesadillas, entre otros síntomas.2
El estudio demostró que los médicos son fundamentales para evitar que los pacientes vayan demasiado lejos. Una de cada tres mujeres (37%) admite que su médico la ha disuadido de correr riesgos.
Pero una campaña para salvaguardar la salud de las mujeres en el sector de la fertilidad advierte de que las pacientes ya no pueden confiar en que sus clínicas antepongan su salud a los beneficios, después de que un importante grupo de clínicas haya empezado a ofrecer por primera vez programas de varios ciclos o de reembolso directamente a las pacientes.
Hasta ahora, estos programas sólo los ofrecían terceros independientes para garantizar que las consideraciones financieras no influyeran en las decisiones médicas. Pero a los activistas les preocupa que esta medida suponga que estas clínicas se vean incentivadas a hacer recortes, sobremedicar y, en última instancia, poner en peligro la salud de sus pacientes.
Con la regulación del sector desde hace más de 30 años, la campaña SAFE insta a las mujeres a considerar sus opciones y a no precipitarse en sus decisiones, mientras los reguladores estudian si deben prohibir la práctica por completo.
Alpesh Doshi, embriólogo consultor y director de clínica de IVF London, declaró: "La pandemia ha provocado un aumento de los ciclos de FIV en la mayoría de las clínicas de fertilidad. Mientras las clínicas del NHS redefinen sus recursos para empezar a ofrecer FIV, las clínicas privadas han visto un aumento constante en el número de tratamientos de fertilidad. Sería discutible que las clínicas de FIV hayan antepuesto los beneficios comerciales a la salud y el bienestar de sus pacientes. Los pacientes deberían poder elegir y decidir siempre con conocimiento de causa, basándose en los consejos de sus asesores."
"La FIV conlleva sus propios riesgos, que no deben ignorarse ni tomarse a la ligera, y las clínicas deben asegurarse de que sus pacientes estén bien informados de estos riesgos. Es importante que las clínicas sean transparentes en cuanto a los costes con sus pacientes. Esta vía se regulará aún más cuando la CMA (Autoridad de Competencia y Marketing) establezca su guía de derecho del consumidor sobre el precio justo de los tratamientos de fertilidad en la primavera de 2021. Las clínicas de fertilidad y las empresas de financiación de terceros estarán sujetas a la adhesión cuando se publiquen estas directrices."
Clínicas que ofrecen programas de pago directamente: ¿por qué es peligroso?
Las clínicas que ofrecen sus propios programas de reembolso están incentivadas económicamente para intentar asegurar un nacimiento vivo por cualquier medio, para evitar tener que devolver el dinero. Esto pone a los médicos en una situación difícil, ya que pueden verse presionados por sus empleadores para evitar el reembolso. Esto puede llevar a un tratamiento agresivo, a una sobremedicación que provoque el síndrome de hiperestimulación ovárica o a partos múltiples, todo lo cual es peligroso para la madre y el bebé.
Las clínicas que ofrecen sus propios programas multiciclo están incentivadas económicamente para recortar gastos, ya que han recibido el dinero del paciente, y no existe un acuerdo de reembolso si el tratamiento no tiene éxito.
Otro riesgo es que la clínica actúe de forma agresiva para intentar obtener un resultado en el primer ciclo, con el fin de evitar ciclos posteriores y maximizar los beneficios. Esto conlleva riesgos, como la sobremedicación que provoca el síndrome de hiperestimulación ovárica y los partos múltiples, ambos peligrosos para la madre y el bebé.
Ofrecer programas de pago a través de terceros independientes es una red de seguridad tanto para las clínicas como para los pacientes. Este modelo significa que las clínicas nunca salen perdiendo económicamente y los pacientes se benefician de las decisiones médicas tomadas pensando únicamente en su salud.
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