¿Estás listo para un bebé?
Puede que estés pensando "Quiero un bebé". Pero, ¿estás realmente listo para tener uno? Aunque probablemente hayas escuchado de amigos con hijos que nunca hay una preparación completa para ser padres, hay pasos que puedes tomar para sentirte más preparado, mentalmente y de otras maneras, para embarcarte en la transformación que significa la paternidad.
Hablamos con Jean Twenge, PhD, autora de The Impatient Woman's Guide to Getting Pregnant, sobre temas importantes que abordar antes de convertirte en padre. Aunque las necesidades de cada pareja o persona son diferentes, estas preguntas pueden ayudarte a centrarte en lo más esencial cuando te preguntas "¿estoy listo para tener un bebé?"
1. ¿Cómo te imaginas convirtiéndote en padre?Puede que desees tener un hijo con una pareja, o quizás estés considerando hacerlo por tu cuenta. Podrías intentar quedar embarazada a través de relaciones sexuales o mediante donación de óvulos o esperma. También puedes considerar la gestación subrogada o la adopción. Todos estos caminos hacia la maternidad son especiales y tienen sus propias consideraciones.
¿Cómo sabes que estás preparada para tener un bebé?
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Si intentas quedar embarazada mediante relaciones sexuales, puede que quieras "simplemente ver qué pasa". Eso podría funcionar: investigaciones muestran que el 83% de las personas en edad reproductiva conciben dentro de los 12 meses de dejar la anticoncepción. Algunas personas prefieren tomar un enfoque más estratégico desde el principio, como rastrear signos de ovulación para potencialmente concebir más rápido.
Si estás intentando concebir de la "manera tradicional", se recomienda que las parejas consulten a un médico después de un año si las relaciones sexuales sin protección no han resultado en embarazo (o después de seis meses si la persona que busca quedar embarazada tiene más de 35 años).
2. ¿Necesitas un chequeo de salud mental?La paternidad viene acompañada de muchos cambios de estilo de vida y puede también resaltar problemas de tu propia infancia. Las investigaciones muestran que a menudo, la transición a la paternidad reduce el sentido de bienestar psicológico de una persona, al menos temporalmente.
Es una buena idea explorar si la terapia podría ser útil antes de convertirte en padre. Además, si tienes una pareja y su relación ha tenido altibajos, buscar un consejero de relaciones antes de dar la bienvenida a un bebé es recomendable. Aun si actualmente estás en una buena situación, podría ser útil discutir algunas de las formas en que tener un bebé podría desafiar y cambiar tu relación.
No entres a la paternidad pensando que tener un bebé mejorará tu relación, dice la Dra. Twenge. "Podría acercarlos, pero también hay muchas más cosas de las que pelear". Cuando un bebé llega, hay mucho trabajo por hacer y necesitarás fuertes habilidades de comunicación y negociación. Si tu relación ya está experimentando problemas serios, añadir un bebé podría llevar a mayores complicaciones. Trabaja en ustedes dos primero antes de añadir un tercer y adorables "ruido".
3. ¿Cómo planeas delegar las nuevas responsabilidades?Los bebés crean muchos roles y responsabilidades nuevas. Si bien no podrás predecir todo sobre cómo será tu nueva vida como padre, sigue siendo una gran idea considerar cómo planeas delegar el trabajo de la paternidad. Si vas a ser padre solo, esto podría implicar crear tu propia "comunidad", buscando apoyo en familia y amigos, tal vez incluso ayuda pagada como una enfermera nocturna, limpiadores de casa o una niñera.
Si tendrás un copadre, algunas cosas que querrás cubrir incluyen: alimentación nocturna, noches en que el bebé simplemente no dormirá, lavandería, planificación de comidas, compras de supermercado, cocina, carreras a la tienda tarde por la noche, y las tareas del hogar que evidentemente se triplicarán una vez que tengas un bebé.
4. ¿Cómo manejarás el autocuidado?La paternidad puede ser un trabajo muy exigente, pero eso es precisamente por qué es importante considerar cómo abordarás el autocuidado cuando haya otro ser humano completamente dependiente de ti. El autocuidado va más allá de satisfacer tus necesidades básicas, y cuando eres padre, satisfacer incluso esas necesidades puede requerir planificación y colaboración con tu pareja (si la tienes).
Por ejemplo, si no usarás servicios de cuidado infantil pagados, puede que necesites intercambiar tareas de cuidado infantil con una pareja u otro adulto de confianza para que puedas tener tiempo para cuidar de ti mismo. Esto puede ser especialmente importante para la pareja que maneja el embarazo, el posparto y las responsabilidades de alimentación.
5. ¿Cómo quieres criar a tu hijo?Tus hijos son como esponjas desde la niñez y escucharán atentamente lo que dices y absorberán lo que crees. Más temprano que tarde, querrás pensar en qué mensajes deseas enviar a tus hijos a través de tu lenguaje, tradiciones y estilo de crianza.
Si tienes una pareja y no comparten el mismo idioma principal, deberías discutir qué idiomas hablarás alrededor de tu bebé. Lo mismo con la fe: ¿quieres que tu bebé sea criado en una religión particular y participar en ceremonias o tradiciones que la acompañen? Algunas personas también sienten que es importante mantener ciertas tradiciones familiares o culturales, desde comidas hasta festividades.
Es buena idea pensar en qué estilo de crianza deseas adoptar. Algunos padres son estrictos con las reglas, otros son más relajados. Un enfoque "autorativo", por ejemplo, equilibra la calidez con la disciplina y ha estado asociado con resultados positivos para los niños en la investigación. Explorar diferentes enfoques desde el principio ayudará a guiar la comunicación entre tú y los otros cuidadores de tu hijo.
Por supuesto, no todos los aspectos de la crianza deben resolverse antes de dar la bienvenida a un bebé. Cada niño es diferente y tu enfoque evolucionará, pero es bueno considerar tu filosofía general sobre la crianza ahora.
6. ¿Cuáles serán los arreglos de convivencia de tu familia?Es inteligente planear dónde deseas vivir y con quién deseas vivir antes de ser padre. Los bebés son maravillosamente móviles, pero a medida que crecen, los niños tienden a disfrutar de la predictibilidad en sus arreglos de vida. Los movimientos son una parte natural de la vida, pero los niños que son mudados con frecuencia tienen más probabilidades de tener problemas en la escuela, entre otros problemas.
Si bien los niños se benefician de tener un lugar al que llamar hogar, no necesitan estar en estructuras familiares tradicionales para florecer. Podrías vivir solo y tener cuidadores preparados para ayudarte, o puedes tener un hogar multigeneracional donde miembros de la familia extensa vivan contigo y ayuden a criar a tu bebé.