Tipos de contracciones: Durante el parto

Tipos de contracciones: Durante el parto

Contracciones de parto

Si eres madre primeriza, es posible que te estés acercando al día del parto con cierta ansiedad. Es normal que te preguntes cuándo empezará el parto y cómo te sentirás.

Aunque hay muchas señales de que estás de parto, una de las más fiables es cuando empiezas a experimentar contracciones constantes.

Aquí tienes una guía sobre los tipos de contracciones que puedes experimentar, qué sentirás y cómo saber cuándo es el momento de ir al hospital.

Falso parto (contracciones de Braxton-Hicks)

Alrededor del cuarto mes de embarazo, es posible que empieces a notar que el útero se contrae de vez en cuando. Estas contracciones se conocen como contracciones de Braxton-Hicks.

Suelen ser poco frecuentes e irregulares. Son la forma que tiene tu cuerpo de preparar los músculos uterinos para el día del parto.

¿Cómo se sienten?

Estas contracciones...

  • son generalmente indoloras
  • se concentran en el abdomen
  • provocan tensión abdominal
  • pueden resultar incómodos en ocasiones

¿Y lo más importante? No se hacen más fuertes, más largos ni más juntos. Tampoco provocan cambios en el cuello uterino.

Puedes tener estas contracciones si estás cansada, deshidratada o si estás demasiado tiempo de pie. El falso parto suele remitir si cambias lo que estás haciendo.

Antes de llamar al médico, prueba algunas de las siguientes técnicas de afrontamiento para ver si las contracciones se calman o desaparecen por completo:

  • beber mucha agua
  • cambia de postura (por ejemplo, de pie a sentado)
  • deja de hacer lo que estés haciendo y descansa (preferiblemente sobre el costado izquierdo).

Si has probado estas cosas y sigues teniendo contracciones Braxton-Hicks frecuentes, es buena idea que llames a tu médico para descartar un parto prematuro.

Contracciones de parto prematuro

Las contracciones regulares antes de la semana 37 pueden ser un signo de parto prematuro.

La frecuencia de las contracciones regulares significa que siguen un patrón. Por ejemplo, si tienes una contracción cada 10 o 12 minutos durante más de una hora, es posible que estés en trabajo de parto prematuro.

Durante una contracción, todo el abdomen estará duro al tacto. Junto con la tensión en el útero, puede sentir:

  • dolor sordo de espalda
  • presión en la pelvis
  • presión en el abdomen
  • calambres

Estas son señales de que debes llamar al médico, sobre todo si van acompañadas de sangrado vaginal, diarrea o un chorro de secreción acuosa (que puede indicar que has roto aguas).

Algunos factores de riesgo de parto prematuro son:

  • embarazo múltiple (gemelos, trillizos, etc.)
  • anomalías en el útero, el cuello uterino o la placenta
  • fumar o consumir drogas
  • altos niveles de estrés
  • antecedentes de parto prematuro
  • determinadas infecciones
  • falta de peso o sobrepeso antes del embarazo
  • no recibir una atención prenatal adecuada

Es importante que prestes atención a la duración y frecuencia de tus contracciones, así como a cualquier síntoma secundario. Deberás facilitar esta información a tu médico.

Existen varios tratamientos y fármacos que su equipo médico puede utilizar para intentar detener el avance del parto.

Etapas de las contracciones de parto

A diferencia de las contracciones Braxton-Hicks, una vez que comienzan las contracciones de parto verdaderas, no se ralentizan ni se calman con medidas sencillas como beber agua y descansar. Por el contrario, se hacen más largas, más fuertes y más seguidas.

Trabajan para dilatar el cuello uterino.

Parto prematuro

Las contracciones en esta fase son todavía algo leves. Las contracciones duran entre 30 y 90 segundos.

Estas contracciones son organizadas y se producen a intervalos regulares de tiempo. Puede que al principio estén muy espaciadas, pero cuando te acerques al final del trabajo de parto prematuro, deberían estar separadas por apenas cinco minutos.

Durante el parto prematuro, también puedes notar otros signos que te ayuden a darte cuenta de que se trata de algo real. Cuando el cuello del útero empiece a abrirse, es posible que veas una secreción teñida del tapón mucoso, también conocida como "show sangriento".

Es posible que rompa aguas en forma de un pequeño hilillo o de un enorme chorro de líquido que sale de la vagina.

Trabajo de parto activo y transición

Las contracciones que conducen a la transición son más intensas que las que experimentarás en las primeras fases.

Durante estas fases del parto, el cuello del útero se abrirá de 4 a 10 centímetros antes de que llegue el momento de expulsar al bebé al mundo.

Puede sentir cómo cada contracción envuelve su cuerpo. Pueden empezar en la espalda y desplazarse por el torso hasta el abdomen. También puede sentir calambres y dolor en las piernas.

Si sospechas que estás en trabajo de parto activo, debes llamar a tu médico y considerar la posibilidad de acudir al hospital. Las contracciones en un parto activo suelen durar entre 45 y 60 segundos, con tres a cinco minutos de descanso entre ellas.

En la transición, cuando el cuello uterino se dilata de 7 a 10 centímetros, el patrón cambia y las contracciones duran de 60 a 90 segundos, con sólo 30 segundos a 2 minutos de descanso entre ellas. Las contracciones pueden incluso solaparse mientras tu cuerpo se prepara para empujar.

En el blog Dar a luz con confianza, las mujeres comparten sus experiencias sobre cómo se sienten las contracciones en un parto activo. Verás que la experiencia es diferente para cada mujer y cada embarazo.

El mareo y las náuseas también son molestias frecuentes que acompañan a las contracciones en el parto activo. A medida que avanza en la transición, también puede experimentar:

  • sofocos
  • escalofríos
  • vómitos
  • gases
Cómo estar cómoda durante las contracciones

Las contracciones son más intensas durante el parto activo y las fases de transición. Hay varias cosas que puedes hacer para controlar el dolor, tanto con fármacos como sin ellos.

Es importante recordar que la forma en que decidas dar a luz depende de ti.

Los métodos de tratamiento del dolor sin fármacos incluyen:

  • meterse en la ducha o en la bañera
  • caminar o cambiar de postura
  • meditar
  • hipnosis
  • escuchar música
  • masaje o contrapresión
  • practicar yoga suave
  • encontrar formas de distraer la mente del dolor (contar, juegos, etc.)

Los métodos de intervención contra el dolor incluyen

  • analgésicos
  • anestésicos

Los analgésicos como el Demerol ayudan a mitigar el dolor, manteniendo intactas algunas sensaciones y movimientos musculares. Los anestésicos como la epidural bloquean completamente el dolor, junto con toda la sensibilidad y el movimiento muscular.

Aunque estos fármacos son eficaces, cada uno conlleva sus propios riesgos y efectos secundarios. Es una buena idea familiarizarse con las opciones de tratamiento del dolor antes de ponerse de parto.

Puedes considerar la posibilidad de redactar un plan de parto que te ayude a guiar tus decisiones. De este modo, el personal médico sabrá qué intervenciones le resultan más cómodas cuando se encuentre en las trincheras del parto.

Cuándo llamar a su médico

Puede que le preocupe estar llamando a su médico con una falsa alarma, o que sus contracciones no justifiquen todavía que se dirija al hospital.

Siempre que algo te preocupe durante el embarazo, es conveniente que se lo comuniques a tu médico.

Llame a su médico si tiene contracciones:

  • son frecuentes, aunque sean indoloras
  • no se calman al beber agua, descansar o cambiar de postura
  • se producen antes de la semana 37 de embarazo
  • están organizados, siguiendo un patrón temporal
  • se producen con un intervalo inferior a 5 minutos (dirígete al hospital)
  • van acompañadas de dolor, hemorragia, flujo de fluidos u otros síntomas secundarios del parto.

Si las contracciones duran menos de cinco minutos, acude al hospital.

Para llevar

Puede ser difícil determinar si las contracciones significan que tu bebé está en camino o si tu útero simplemente está practicando.

En caso de duda, más vale prevenir que curar. Cronometra tus contracciones y toma nota de cualquier otro síntoma que experimentes para poder comunicárselo a tu médico.

Cuando llegue el momento de que tu bebé venga al mundo, intenta recordar que el intenso dolor será pasajero. Pronto tendrás a tu pequeño en brazos.

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