Una investigación revela que el descenso de la mortalidad infantil prolongó un año la vida de las mujeres estadounidenses
Por la Dra. Sushama R. Chaphalkar, PhD. Mayo 12 2024 Revisado por Susha Cheriyedath, M.Sc.
En un reciente artículo publicado en la revista Scientific Reports, Matthew Zipple, de la Universidad de Cornell (EE.UU.), utilizó modelos matemáticos para evaluar el impacto de la mortalidad infantil en Estados Unidos (EE.UU.) en el siglo XX sobre la mortalidad femenina. Descubrió que un descenso significativo de la mortalidad infantil entre 1900 y 2000 condujo indirectamente a una disminución sustancial de la mortalidad femenina, lo que llevó a una prolongación de la esperanza de vida de las mujeres de aproximadamente un año después de los 15 años en EE.UU..
Artículo: Reducir la mortalidad infantil alarga la vida de las madres. Crédito de la imagen: DONOT6_STUDIO / Shutterstock
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Antecedentes
El importante descenso de la mortalidad infantil durante el siglo XX, sobre todo en EE.UU., se tradujo en una disminución sustancial de la proporción de madres que sufrían la pérdida de un hijo. Esta reducción, estimada en un 96%, tuvo profundas implicaciones para la salud y la supervivencia maternas. Estudios realizados en diversas sociedades han demostrado sistemáticamente que la pérdida de un hijo aumenta el riesgo de mortalidad materna, con repercusiones que se extienden a lo largo de las edades reproductivas e incluso décadas después de la muerte del hijo. Las pruebas sugieren una relación causal, ya que el riesgo de mortalidad materna aumenta significativamente tras la pérdida de un hijo, mientras que dicha relación es más débil o inexistente en el caso de los padres. Se hipotetiza que la disminución del duelo materno mejoró la supervivencia materna y prolongó la esperanza de vida de las mujeres en EE.UU. durante el siglo XX. Por lo tanto, la presente investigación pretendía examinar las consecuencias posteriores de la disminución de la mortalidad infantil y la fecundidad total en EE.UU. entre 1900 y 2000 sobre la frecuencia del duelo materno, la tasa de mortalidad femenina y la esperanza de vida de las mujeres.
Acerca del estudio
El significativo descenso de la fracción de mujeres que experimentaron la pérdida de un hijo durante el siglo XX hizo que casi todas las mujeres en edad reproductiva de EE.UU. pasaran a formar parte de un único grupo que no había experimentado la pérdida de un hijo, con lo que su riesgo de mortalidad se equiparó al de las mujeres que no habían sufrido la pérdida de un hijo.
En el presente estudio, tres parámetros permiten inferir colectivamente la mortalidad experimentada por las mujeres que no han perdido a un ser querido y por las que sí lo han hecho en un momento determinado: (1) la mortalidad específica por edad observada para todas las mujeres de una población, (2) el riesgo relativo de mortalidad al que se enfrentan las mujeres que no han perdido a un ser querido en comparación con las que sí lo han hecho y (3) la proporción de mujeres de una determinada edad que se espera que sufran un duelo. Las tasas de mortalidad específicas por edad y los cocientes de riesgo relativo de las mujeres en situación de duelo se estimaron a partir de datos históricos y de la bibliografía. Dado que la investigación no utilizó ningún dato confidencial o a nivel individual, no fue necesaria ninguna aprobación ética de la investigación.
Se construyó un modelo de simulación para estimar la proporción de mujeres que experimentan la pérdida de un hijo a distintas edades, utilizando tablas periódicas de datos de mortalidad y fecundidad femenina. Estas estimaciones se utilizaron a continuación para deducir las tasas de mortalidad específicas por edad de las mujeres que no sufrían pérdidas. Se evaluó la reducción de la pérdida de hijos de 1900 a 2000 para determinar su impacto en las tasas de mortalidad femenina y la esperanza de vida.
En una nueva publicación en @SciReports, sostengo que las reducciones en la frecuencia de la pérdida de hijos en el siglo 20 extendieron la esperanza de vida femenina en alrededor de 1 año en los EE.UU., una fuente previamente no documentada de aumento de la longevidad.https://t.co/cwtGY6V6l4 pic.twitter.com/Cv2v7GsexL
- Matthew Zipple ���� (@MatthewZipple) 9 de mayo de 2024Resultados y discusión
La reducción de la mortalidad infantil en EE.UU. en elsiglo XX disminuyó sustancialmente la fracción de mujeres que experimentaban pérdidas. Los resultados de la simulación indicaron un descenso drástico (>95%) en la proporción de mujeres que sufren la pérdida de un hijo, lo que se tradujo en las correspondientes reducciones en las tasas de mortalidad femenina a nivel de población. Se estimó que la reducción de la pérdida de hijos había disminuido el riesgo de mortalidad general de las mujeres de entre 15 y 49 años entre un 11% y un 15%, contribuyendo significativamente a la disminución total de la mortalidad a la que se enfrentó este grupo demográfico durante el periodo. Además, la reducción de la pérdida de hijos puede haber aumentado la esperanza de vida media de las mujeres después de los 15 años en aproximadamente 0,9 a 1,2 años. El efecto previsto de la disminución de la incidencia de la pérdida de hijos sobre la esperanza media de vida femenina después de los 15 años se estimó entre 0,8 y 1,0 años.
Las tasas de mortalidad inferidas para las mujeres no huérfanas en 1900 son sustancialmente inferiores a las tasas de mortalidad observadas. La eliminación de la pérdida de hijos habría desplazado a todas las mujeres a la categoría de no deudos, lo que habría dado lugar a una reducción general de la mortalidad de la población.
En general, según el estudio, la reducción de la mortalidad infantil no sólo parece beneficiar a los niños, sino que también tiene efectos positivos en la salud y la esperanza de vida de las madres, sobre todo en los países menos desarrollados, donde las tasas de duelo parental siguen siendo elevadas. Sin embargo, los supuestos del estudio en cuanto a cocientes de riesgo constantes para el duelo materno a lo largo de la vida reproductiva y a lo largo del tiempo y el espacio pueden simplificar en exceso la complejidad y especificidad cultural de estos fenómenos, limitando potencialmente la generalizabilidad de las conclusiones.
Conclusión
En conclusión, se estima que la significativa disminución del duelo materno por pérdida de hijos entre 1900 y 2000, sobre todo en EE.UU., ha aumentado indirectamente la esperanza de vida materna en aproximadamente un año. Este estudio destaca la importancia de que las políticas den prioridad a la reducción de la pérdida de hijos mediante estrategias como la disminución de las tasas de mortalidad infantil y la mejora del acceso a los recursos de planificación familiar. Aunque la investigación se basa en datos procedentes principalmente de Europa y Norteamérica, es esencial seguir investigando en diversos contextos culturales y de desarrollo para evaluar la coherencia o variabilidad de este efecto sobre la mortalidad materna.