1. ¿Cuánto duele realmente? Todos sabemos que el parto es doloroso, pero ¿cuánto duele exactamente? ¿Duele como un arañazo en la córnea o como una reacción alérgica a un medicamento para la candidiasis (no preguntes)? Pedí a dos mamás que lo explicaran en términos que los civiles pudiéramos entender. Una dijo: "El parto se siente como una boa constrictora muy grande y malvada enroscada alrededor de tu abdomen, apretando cada vez con mayor frecuencia e intensidad".
Otra madre (que prometió no sentirse ofendida por ninguna de las otras preguntas) se limitó a decir que el dolor es una clase en sí misma e intentar compararlo con cualquier otra cosa es un insulto. En sus palabras: "Háblame de tu pierna rota y deja que me ría de ti porque no es nada comparado con el parto". Ouch.
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2. Partos superlargos: ¿mito o espantosa realidad? Una rápida búsqueda en Internet de "duración media del parto del primer hijo" arrojará cifras de entre 8 y 12 horas. Pero la evidencia anecdótica (me refiero al testimonio de cualquier madre después de una copa de Chardonnay) cuenta una historia diferente. Una mujer a la que entrevisté luchó durante dos días antes de que los médicos se rindieran y le practicaran una cesárea. Otra estuvo 32 horas, aunque dijo que sólo 16 fueron dolorosas.
Y el parto no es lo único que puede alargarse. Una madre enfermó gravemente después de que su tercer hijo se retrasara tres semanas. (Revelación total: la madre era mía, y el niño era yo. Y lo siento mucho, mamá).
3. ¿De verdad se desgarra la vagina durante el parto? Dejaré que te recuperes de imaginarte (y sentir) el horror de esa pregunta antes de darte la mala noticia. La respuesta es "sí". Los estudios dicen que entre el 53% y el 79% de las mujeres sufren daños en el perineo durante el parto (la zona entre el ano y la vulva). El daño se produce por desgarro o por un corte quirúrgico llamado episiotomía que realiza el médico si lo considera necesario. El traumatismo puede requerir largos periodos de recuperación e incluso alterar de forma permanente la sensación del coito y, en ocasiones, provocar incontinencia urinaria o anal.
Estos hechos bastan para hacerme desear mantener las piernas cruzadas para siempre, y las madres con las que hablé los respaldaron con su experiencia. Una de ellas sufrió un desgarro durante su primer parto -que achacó a que empujó a pesar de que le habían dicho que no lo hiciera-, pero evitó el desgarro en sus siguientes partos lubricando la zona con aceite de oliva.
Otra madre con la que hablé se había sometido a una episiotomía, pero sufrió un desgarro de tercer grado. Como ella misma dijo: "La cabeza de mi hijo medía más de 13 centímetros. Algo tenía que ceder, y era mi piel".
Así que, sí: Piernas. Cruzadas. Para siempre.
4. ¿Drogar o no drogar? La cuestión de si aceptar o no una epidural para el parto es uno de los temas de debate más acalorados en los blogs de mamás. De las mamás a las que pregunté, sus respuestas fueron muy variadas. Una dijo que le pusieron la epidural, pero que no fue muy eficaz y que sintió cada uno de los puntos cuando le cosieron la episiotomía. Aun así, defendió la decisión y añadió: "Tomaría medicamentos si me rompiera un hueso, así que ¿por qué no iba a hacerlo para esto, que es mil veces peor?".
Otra madre a la que pregunté dijo que no había tomado drogas en sus cuatro (CUATRO) partos y que la experiencia en sí era un subidón natural. En cualquier caso, no parece haber una respuesta "correcta", sino una "respuesta adecuada para ti". Y en la vida real, las madres no se avergüenzan tanto de la epidural como en los foros. ¿Qué pasa con eso?
5. ¿Haces caca delante de todo el mundo? Sólo conozco las cacas de parto por haber visto comedias románticas "atrevidas", y esperaba que fuera un mito. Pero resulta que no. Los profesionales de la medicina afirman que es algo muy común, y una mamá (que resulta que también es médico) explica: "Si hay caca en el colon sigmoide y/o en el recto, se expulsará cuando la cabeza del bebé baje por ese estrecho espacio."
Lo mejor que puedes hacer es intentar aliviarte antes de tiempo. Pero si eso no funciona muy bien, tendrás que centrarte en alguna de las otras 100 sensaciones que estás experimentando. Y recuerda que la vida seguirá.
6. ¿Funciona alguna de las técnicas de respiración profunda? El consenso general sobre la eficacia de las técnicas de respiración parece ser "la verdad es que no". Pero algunas mamás dicen que sí sirven como distracción útil al menos durante unas horas.
7. ¿Expresas tus emociones a médicos y enfermeras? Este es otro tema en el que mis conocimientos proceden sobre todo de las películas, pero el parto parece uno de los pocos momentos de la vida en los que se considera aceptable desahogarse con todo el mundo. Aunque es comprensible, no todos los padres lo hacen. Una mujer dijo que quería causar una buena impresión como una de las primeras madres homosexuales del hospital, así que intentó comportarse lo mejor posible a pesar del dolor. Pero otra contó que gritó el nombre de la comadrona "tan fuerte que temblaron las ventanas". Dice que se sintió mal por ello. Acabó llamando a su hija como la comadrona.
8. ¿Cómo te verá tu pareja? Sinceramente, esta es una preocupación real de la mayoría de los padres primerizos. Después de todo, hemos establecido que el parto es un proceso natural y que posiblemente implique frustración, desgarros y caca durante el parto. Pero ninguna de las madres con las que he hablado me ha dicho nada parecido. Una me dijo que tenía miedo de que su mujer dejara de encontrarla atractiva, lo cual ahora se da cuenta de que era ridículo.
Pero reconoce: "No me gustó que me viera derrumbarme así. Y lloré. Lloré porque me dolía, porque estaba cansada -llevar dos días despierta hace eso- y porque no quería ser una carga, así que lloré por eso. Pero ella era tan dulce y amable conmigo, y no le importaba si revolvía la cama o lloraba. Le preocupaba que yo estuviera bien y que nuestro bebé estuviera bien".
A pesar de todos los detalles no tan bonitos, la mayoría de las historias de parto tienen finales muy felices con familias que se unen más que nunca. Al fin y al cabo, el parto es una de las experiencias más bellas y mágicas de la naturaleza.
Elaine Atwell es autora, crítica y fundadora de The Dart. Su trabajo ha aparecido en Vice, The Toast y otros muchos medios. Vive en Durham, Carolina del Norte.