Un nuevo estudio revela los factores del estilo de vida que favorecen el éxito de la FIV
Por Vijay Kumar Malesu 10 abr 2024 Revisado por Susha Cheriyedath, M.Sc.
En un estudio reciente publicado en la revista Frontiers in Endocrinology, los investigadores examinaron cómo los factores relacionados con el estilo de vida y la calidad de vida (CV) específica de la fertilidad influyen en los resultados de los tratamientos con tecnología de reproducción asistida (TRA).
Estudio: El estilo de vida y la calidad de vida específica de la fertilidad afectan a los resultados reproductivos en parejas sometidas a fecundación in vitro. Crédito de la imagen: Corona Borealis Studio / Shutterstock
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Factores de estilo de vida que afectan la fertilidad
Antecedentes
La infertilidad afecta a unos 48,5 millones de parejas en todo el mundo, lo que ha provocado un aumento de los tratamientos de TRA, con 2,5-3 millones de ciclos anuales y casi 450.000 sólo en Japón. Con 1 de cada 13,9 bebés japoneses nacidos mediante TRA, se reconoce la influencia de factores como la edad, la reserva ovárica y las elecciones de estilo de vida -incluidas la dieta, el tabaquismo, el ejercicio y el sueño- en el éxito del tratamiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la necesidad de evaluar la calidad de vida, incluida la calidad de vida específica de la fertilidad, mediante herramientas como Fertility Quality of Life (FertiQoL). Sin embargo, la relación entre la CdV específica de la fertilidad y los resultados de las TRA requiere más investigación para comprender mejor sus complejas interacciones.
Acerca del estudio
El presente estudio se centró en parejas infértiles que se sometían a su primer tratamiento de fecundación in vitro (FIV) en Japón, seleccionando a los participantes en función de criterios demográficos y de salud específicos. Al principio, los participantes detallaron sus hábitos dietéticos, modelados según la dieta mediterránea pero adaptados a las preferencias japonesas, y sus elecciones de estilo de vida, incluidos los patrones de sueño, los hábitos laborales, el uso del ordenador, el hábito de fumar y la actividad física, medida mediante tareas metabólicas equivalentes (MET). Además, se evaluó la calidad de vida específica de la fertilidad mediante la versión japonesa del cuestionario FertiQoL, explorando su influencia en los resultados del tratamiento.
El estudio describió los protocolos de estimulación ovárica controlada, los procedimientos de laboratorio y la transferencia de embriones (TE), incluidas las dosis de medicación y los calendarios de administración en función del perfil de cada paciente. La selección de blastocistos de buena calidad para la transferencia se basó en la clasificación de Gardner, y se requirió un periodo de lavado entre la estimulación y la TE. Se registraron con precisión los resultados de la FIV/inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), desde los niveles hormonales hasta las tasas de fecundación, el desarrollo embrionario y la confirmación del embarazo mediante la prueba de la gonadotropina coriónica humana (hCG) en suero y la ecografía transvaginal para la detección del saco gestacional (SG).
El análisis estadístico tenía como objetivo explorar la relación entre los antecedentes de las pacientes, los hábitos dietéticos y de ejercicio, las puntuaciones FertiQoL y los resultados de la FIV, utilizando un enfoque multivariable para identificar los factores significativos. El estudio intentó reclutar a 286 pacientes para detectar una diferencia clínicamente relevante en el resultado primario, la tasa de blastocistos de buena calidad, con un análisis estadístico exhaustivo realizado mediante el software SAS.
Resultados del estudio
Entre mayo de 2019 y marzo de 2022, 291 mujeres que buscaban su primer tratamiento de FIV en clínicas dentro del IVF Japan Group y el Hospital de la Universidad de Tokio fueron consideradas inicialmente para el estudio. Después de excluir a las que interrumpieron el tratamiento, se quedaron embarazadas espontáneamente o cumplieron los criterios de exclusión, 281 mujeres procedieron a la estimulación ovárica controlada y la recuperación de ovocitos. Diversos motivos, como la falta de fecundación, la ausencia de embriones de buena calidad y la pérdida de seguimiento, redujeron el número de participantes a 260, de las que 200 se sometieron a transferencias de embriones de un solo blastocisto (blast-SET). De ellas, 139 mostraron niveles positivos de hCG, lo que indicaba embarazo, y en 121 se detectó una única GS sin casos de GS múltiples.
El estudio examinó la tasa de blastocistos de buena calidad por extracción de ovocitos, revelando que las mujeres mayores de 36 años o las que padecían la enfermedad de Hashimoto presentaban tasas significativamente más bajas, mientras que el consumo frecuente de pescado también se relacionó tentativamente con tasas más bajas. El análisis de todos los ciclos de TE mostró que las mujeres de más edad tenían menos probabilidades de obtener un resultado positivo en la prueba de embarazo. Por el contrario, un sueño adecuado, el uso del ordenador y tener una pareja no fumadora se asociaron con mayores probabilidades. La detección de SG tras la TE era más probable con el uso de aceite de oliva, un uso más prolongado del ordenador y un índice de masa corporal (IMC) de 20,8 kg/m2 o superior, mientras que la edad avanzada disminuía la probabilidad.
Centrándonos explícitamente en los ciclos blast-SET, el uso del ordenador durante cuatro o más horas al día mejoró significativamente las probabilidades de una prueba de embarazo positiva y de detección de GS. La edad avanzada tendía a disminuir la probabilidad de una prueba de embarazo positiva, mientras que una puntuación de tratamiento escalada FertiQoL Total más alta y un determinado umbral de IMC parecían favorecer la detección de GS, sin embargo, con una tendencia a la significación más que a la prueba definitiva.
Conclusiones
En resumen, el estudio exploró los efectos del estilo de vida, los hábitos dietéticos y la calidad de vida específica de la fertilidad en los resultados de las TRA entre las mujeres de Asia oriental. Los hallazgos clave incluyen los impactos negativos de la edad avanzada y la enfermedad de Hashimoto sobre la calidad de los blastocistos y las asociaciones positivas entre el sueño adecuado, el uso del ordenador y el éxito del embarazo. El consumo de aceite de oliva resultó beneficioso para la detección del saco gestacional, lo que desafía los supuestos sobre el impacto de la dieta en la fertilidad. En particular, el tabaquismo masculino afectó negativamente a los resultados, lo que pone de relieve la importancia de los factores relacionados con el estilo de vida en el éxito reproductivo.