Comparación de las experiencias vividas por jóvenes supervivientes de cáncer de larga y larga duración
Por Neha Mathur 18 jul 2023 Revisado por Lily Ramsey, LLM
En un reciente estudio cualitativo publicado en la revista Nutrients, los investigadores compararon las experiencias vitales de jóvenes adultos (JA) supervivientes de cáncer de entre 18 y 39 años.
Para ello, se realizaron entrevistas semiestructuradas en las que se preguntaba por la experiencia o experiencias vitales generales en momentos "prolongados", es decir, un año o menos después del tratamiento del cáncer, y en momentos "prolongados", es decir, tres años o más después del tratamiento del cáncer.
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El estudio clasificó cuatro temas comunes relacionados con el tratamiento del cáncer: síntomas, preocupaciones psicosociales, afrontamiento y cambios en la ingesta nutricional y la actividad física (comportamiento de salud).
Estudio: The Lived Experience of Young Adult Cancer Survivors after Treatment: Un estudio cualitativo. Crédito de la imagen: namtipStudio/Shutterstock.com
Antecedentes
En comparación con los adultos mayores, los adultos jóvenes con cáncer experimentan desafíos únicos mientras navegan por el tratamiento del cáncer, lo que puede empeorar su calidad de vida. Por ejemplo, debido a su edad, tienen más preocupaciones relacionadas con la apariencia, específicamente debido a las cicatrices en la piel y la pérdida de cabello después de recibir quimio o radioterapias para el tratamiento del cáncer.
Una reciente revisión sistemática puso de relieve algunos de los efectos más destacados del tratamiento entre los supervivientes de cáncer jóvenes y los niños. La mayoría de las necesidades de atención psicosocial, conductual y de apoyo de los jóvenes supervivientes de cáncer siguen siendo desconocidas en gran medida.
Además, la mayoría de los centros oncológicos carecen de experiencia (o ésta es mínima) para abordar las necesidades especializadas de los YA supervivientes de cáncer.
Acerca del estudio
Los investigadores diseñaron un estudio de entrevistas cualitativas semiestructuradas. Entre agosto de 2021 y febrero de 2022 se llevaron a cabo entrevistas semiestructuradas Zoom® grabadas en audio con supervivientes de cáncer YA de habla inglesa, independientemente de su tipo de cáncer, sexo, raza o etnia.
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Otros criterios de inclusión fueron el diagnóstico de cáncer entre los 18 y los 39 años de edad, que el tiempo transcurrido desde la finalización del tratamiento fuera inferior a un año O igual o superior a tres años, y la capacidad de comprensión del inglés.
El equipo pidió a todos los participantes en el estudio que rellenaran un cuestionario en el que se preguntaba por la edad y el peso corporal en el momento del diagnóstico del cáncer, el tipo/etapa del cáncer, el peso y la altura actuales, el sexo, la etnia, la educación, el tratamiento recibido, las comorbilidades y el tiempo transcurrido desde la finalización del tratamiento.
El equipo utilizó Dedoose™ v9.0, una aplicación web, para la codificación cualitativa de los datos del estudio adhiriéndose al enfoque de análisis temático en seis pasos definido por Braun y Clarke. El primer y el segundo autor leyeron todas las transcripciones literales de todas las entrevistas de Zoom®.
A continuación, descodificaron línea por línea las declaraciones relacionadas con cuatro temas del estudio: preocupaciones psicosociales posteriores al tratamiento, síntomas, estrategias de afrontamiento y cambios en la conducta sanitaria. Los investigadores refinaron y modificaron los códigos hasta obtener una lista única en la discusión formal y cada tema hasta que pudieron darle una descripción escrita.
Resultados
El equipo entrevistó a 24 participantes en programas de JA, de los cuales 12 eran supervivientes "prolongados" y los otros 12 eran supervivientes "a largo plazo". El 88%, 54% y 83% de los participantes eran blancos, no hispanos y mujeres, respectivamente. La duración media de las entrevistas fue de 41 minutos.
Como era de esperar, las preocupaciones planteadas por los supervivientes prolongados en relación con la calidad de vida en general (por ejemplo, aspecto, fatiga, efectos secundarios de la medicación) fueron más prominentes y agudas. Por el contrario, más del 90% de los supervivientes a largo plazo informaron con frecuencia de efectos tardíos del tratamiento, por ejemplo, mucositis, estrés postraumático y limitaciones de la movilidad.
Además, sus preocupaciones eran crónicas; por ejemplo, les resultaba difícil encontrar y seguir haciendo un trabajo y tenían importantes problemas de fertilidad. En el lado positivo, habían desarrollado estrategias de afrontamiento más activas para adaptarse a la vida posterior al tratamiento.
Buscaban activamente el apoyo social de familiares y amigos y realizaban más actividad física para curarse.
Una observación intrigante realizada por los investigadores fue que, aunque los supervivientes de YA informaron de descensos en la nutrición y la actividad física durante el tratamiento del cáncer, todos ellos comprendieron la importancia de esto después del tratamiento, independientemente del tiempo transcurrido desde éste.
Además, los hallazgos fueron coherentes con los estudios sobre supervivientes de cáncer infantil en múltiples ámbitos, aunque con resultados variables. Por ejemplo, en los YA evaluados en este estudio, el apoyo social de familiares y amigos fue la estrategia de afrontamiento adoptada con más frecuencia.
Por el contrario, un estudio realizado entre supervivientes de cáncer pediátrico en Suecia descubrió que los supervivientes de cáncer infantil tras completar el tratamiento se sentían "olvidados" por sus familias.
Conclusiones
Los resultados del presente estudio mostraron que los YA supervivientes de cáncer presentaban diversos síntomas, preocupaciones psicosociales y estrategias de afrontamiento tras la finalización del tratamiento oncológico.
Dado que todas las supervivientes de cáncer de YA destacaron la importancia de los comportamientos de salud tras el tratamiento, las terapias nutricionales y las intervenciones de actividad física surgen como un enfoque preferido para abordar sus preocupaciones y mejorar su calidad de vida.
En conjunto, estos resultados cualitativos proporcionan una dirección muy necesaria para informar el desarrollo de intervenciones que podrían ayudar a mejorar las experiencias de vida de los sobrevivientes de cáncer YA después del tratamiento.