Los pacientes de FIV necesitan un apoyo personalizado de los médicos para tomar decisiones informadas
Las personas que luchan contra la infertilidad tienen puntos de vista muy diferentes sobre la evidencia médica en torno al tratamiento y necesitan un apoyo personalizado de los médicos para tomar decisiones informadas, según una investigación de la Universidad Queen Mary de Londres publicada recientemente en la revista revisada por pares Sociology of Health and Illness.
Más de 50.000 personas se someten a un tratamiento de fertilidad cada año en el Reino Unido, y se calcula que el 70% de ellas utilizan controvertidos "complementos" que prometen aumentar sus posibilidades de tener un bebé pero que no están respaldados por pruebas sólidas. La mayor parte de los tratamientos de fertilidad en el Reino Unido se pagan de forma privada, con precios que van desde las 3-5.000 libras por un ciclo de FIV estándar hasta más de 20.000 libras con determinados complementos, por lo que es fundamental que los pacientes puedan tomar decisiones basadas en pruebas médicas y no en el marketing sanitario.
A menudo se acusa a los proveedores privados de servicios de fertilidad de manipular a pacientes vulnerables para obtener beneficios económicos, tras una película de Panorama de la BBC sobre clínicas de FIV que venden complementos no probados o arriesgados. Sin embargo, una investigación dirigida por la Escuela de Negocios y Gestión de Queen Mary cuenta una historia diferente: Mientras que algunos pacientes prefieren delegar las decisiones en sus médicos, otros evalúan activamente los complementos y deciden correr riesgos, especialmente cuando el tratamiento de fertilidad no ha funcionado en el pasado.
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Los investigadores mantuvieron entrevistas en profundidad con 51 pacientes de tratamiento de fertilidad de toda Inglaterra con edades comprendidas entre los 29 y los 47 años, incluidos los que se sometieron personalmente a la FIV y sus parejas. Descubrieron que los pacientes compartían una idea general de lo que se considera una prueba médica, pero tenían diferentes opiniones sobre lo que es "bueno" o "suficiente" en función de su experiencia personal con la infertilidad y la FIV.
La investigación descubrió que se esperaba que las pacientes tomaran sus propias decisiones sobre los complementos que debían hacerse, y aunque algunas querían evaluar críticamente las pruebas disponibles, alrededor de la mitad prefería dejar la toma de decisiones en manos de los profesionales sanitarios y limitarse a seguir sus consejos. Las entrevistas también revelaron que las pacientes analizaban las pruebas en relación con su propia experiencia, calculando los riesgos y tomando decisiones en función de lo que habían vivido en el pasado o de las posibilidades que creían que tendrían de intentar tener un bebé en el futuro.
Ahora que el organismo regulador de la fertilidad en el Reino Unido (HFEA) está estudiando la posibilidad de multar a los proveedores por la venta indebida de complementos, y que la Autoridad de la Competencia y los Mercados está revisando el cumplimiento por parte de las clínicas de fertilidad de las directrices de la legislación sobre el consumidor, esta nueva investigación proporciona datos oportunos para informar de estos importantes debates sobre la privatización de la asistencia sanitaria y cómo se puede ayudar a los pacientes a tomar decisiones informadas en el mercado resultante.
A la luz del estudio, los investigadores piden a los profesionales sanitarios que se replanteen lo que significa la "elección informada" en un sistema privatizado. Los pacientes necesitan información de calidad en un formato accesible para que puedan elegir el tratamiento por sí mismos, pero también deben explorarse estrategias alternativas para defender a quienes asumen riesgos calculados o se remiten a sus médicos.
La autora del estudio, la Dra. Manuela Perrotta, investigadora en tecnología y organización de la Universidad Queen Mary de Londres, explicó: "El debate sobre los complementos de la FIV suele centrarse en la historia de clínicas privadas rapaces que venden tratamientos de fertilidad inútiles a pacientes crédulos, lo cual es sólo una parte de la compleja historia que nuestra investigación trata de desentrañar. Hay que ofrecer a los pacientes una visión imparcial de las pruebas de alta calidad de forma sencilla, para que puedan tomar decisiones informadas sobre su propio tratamiento personal; pero algunos prefieren confiar en los profesionales sanitarios para que tomen esas decisiones, por lo que es importante reconocer y respetar eso como una elección en sí misma."
Nuestra investigación pone en tela de juicio la idea de que los pacientes de FIV están dispuestos a aceptar o solicitar acríticamente un tratamiento caro y no probado como un acto desesperado para aumentar sus posibilidades de tener un bebé; por el contrario, descubrimos que toman activamente decisiones complejas en el intenso e incierto mundo de la medicina reproductiva. Los pacientes que eligen pagar un tratamiento privado y buscar complementos controvertidos no se deben a una falta de información o comprensión, sino a que sopesan personalmente las pruebas científicas frente a su propio y único viaje de fertilidad."
Dra. Josie Hamper, coautora e investigadora postdoctoral, Queen Mary's School of Business and Management