El impacto a largo plazo de COVID-19 en la orfandad y la pérdida de cuidadores
En un estudio reciente publicado en JAMA Pediatrics, los investigadores realizaron una modelización epidemiológica para actualizar las estimaciones de pérdidas de cuidadores y padres asociadas a la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).
Antecedentes
Las muertes asociadas al COVID-19 han dejado a millones de niños desprovistos de sus cuidadores y padres en todo el mundo. La pérdida de los cuidadores y de los padres puede conducir a resultados devastadores a largo plazo, como el abuso, la institucionalización, el duelo traumático, el embarazo en la adolescencia, los malos resultados educativos, las enfermedades infecciosas crónicas y los problemas de salud mental.
Aunque se han realizado enormes inversiones para prevenir la mortalidad asociada a la COVID-19, se ha hecho poco por el cuidado de los niños desamparados. Las inversiones para apoyar a los huérfanos que perdieron a sus padres por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA) son un ejemplo de soluciones exitosas que pueden reproducirse para mejorar la vida de los niños huérfanos a causa de la COVID-19.
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Las comparaciones entre países y dentro de ellos se han visto obstaculizadas anteriormente debido a la inconsistencia de las pruebas del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), la notificación de la mortalidad asociada y el acceso a nuevos datos de exceso de mortalidad asociada al COVID-19 permiten actualizar las estimaciones mínimas de muerte por COVID-19 de la pérdida de cuidadores y padres.
Acerca del estudio
En el presente estudio, los investigadores proporcionaron una actualización de las estimaciones de pérdidas de cuidadores y padres asociadas a la infección por SARS-CoV-2.
Las estimaciones derivadas del exceso de muertes por COVID-19 se calcularon para los niños desprovistos de atención en cada país, basándose en los datos proporcionados por The Economist, el IHME (instituto para la medición y evaluación de la salud) y la OMS (Organización Mundial de la Salud). Las muertes asociadas a COVID-19 en los modelos logísticos utilizados anteriormente se sustituyeron por el exceso de muertes asociadas a COVID-19 (con una excepción para los casos con exceso de muertes negativas), y se calcularon las muertes compuestas para los periodos entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021 y entre el 1 de enero de 2020 y el 1 de mayo de 2022.
Se ha realizado un "Bootstrapping" para calcular la incertidumbre de las estimaciones de mortalidad derivadas de los datos de mortalidad y fecundidad. Las estimaciones de mortalidad nacionales y regionales se calcularon a partir de la metodología basada en la OMS, ya que los resultados de la OMS mostraron un mayor conservadurismo que los de The Economist e IHME. El estudio se realizó de acuerdo con las directrices GATHER (guidelines for accurate and transparent health estimates reporting).
Resultados
Utilizando los métodos basados en la OMS para el exceso de mortalidad asociada al COVID-19, el equipo estimó que 10.500.000 niños habían perdido a sus cuidadores o padres, y 7.500.000 niños eran huérfanos debido al COVID-19 para el 1 de mayo de 2022. Las muertes compuestas notificadas por The Economist, el IHME y la OMS hasta el 31 de diciembre de 2021 eran 18, 18,3 y 15,6, respectivamente. Las muertes compuestas correspondientes hasta el 1 de abril de 2022 fueron 21,3, 20,5 y 17,5, respectivamente.
Los valores estimados de pérdida de orfandad y de cuidadores primarios proporcionados por The Economist, el IHME y la OMS para el 31 de diciembre de 2021 fueron de 9,7, 10,3 y 7,2, respectivamente. Los valores correspondientes a la orfandad y la pérdida de cuidadores primarios para el 1 de abril de 2022 fueron 11,6, 11,2 y 7,9, respectivamente. Los valores estimados para la orfandad y la pérdida de cuidadores primarios y/o secundarios comunicados por The Economist, IHME y la OMS para el 31 de diciembre de 2021 fueron 12,3, 12,9 y 9,5, respectivamente. Los valores correspondientes a la orfandad y a la pérdida de cuidadores primarios y/o secundarios para el 1 de abril de 2022 fueron 14,8, 14,1 y 10,5, respectivamente.
Se observó un mayor número de huérfanos asociados al COVID-19 debido a la pérdida de cuidadores primarios y/o secundarios en las regiones de la OMS del Sudeste Asiático (41%) y África (24%), en comparación con las regiones del Mediterráneo Oriental (15%), América (14%), Pacífico Occidental (1,8%) y Europa (4,7%) hasta el 1 de mayo de 2022. Asimismo, se observaron variaciones a nivel nacional en las estimaciones de muertes, y naciones como India, Egipto, Nigeria y Pakistán fueron las más afectadas hasta el 1 de mayo de 2022, cuyas estimaciones de muertes fueron de 3.490.000, 450.000, 430.000 y 410.000, respectivamente.
Entre las regiones más afectadas de la OMS en el sudeste asiático, los mayores recuentos de niños huérfanos se observaron en naciones como India, Bangladesh, Indonesia, Nepal y Myanmar. Las regiones más afectadas en el continente africano fueron la RDC (República Democrática del Congo), Kenia, Etiopía, Sudáfrica y Nigeria.
Conclusiones
En general, los resultados del estudio mostraron que se ha producido una considerable pérdida de padres y cuidadores asociada a la infección por el SARS-CoV-2 en todo el mundo, lo que justifica la atención urgente de los niños huérfanos. Las respuestas mundiales urgentes a la pandemia de COVID-19 pueden amalgamar la vacunación equitativa con programas que transformen la vida de los niños huérfanos.
Sin embargo, las estimaciones de los modelos epidemiológicos no pueden proporcionar una imagen real de la orfandad asociada al COVID-19, ya que las estimaciones de los modelos no son medidas precisas de los recuentos reales de los niños en duelo, y los programas de vigilancia de la pandemia de SARS-CoV-2 deben incluir estas poblaciones pediátricas para ayudar a mitigar las consecuencias adversas a largo plazo de la orfandad asociada al COVID-19.
Debe acelerarse el desarrollo de vacunas eficaces y de medicamentos terapéuticos contra el SARS-CoV-2, y la aplicación de medidas de contención del COVID-19 podría ayudar a prevenir la mortalidad de padres y cuidadores asociada al COVID-19. Hay que proteger a los niños afligidos mediante ayudas económicas, prevención de la violencia, ayuda a la crianza y aumento de la accesibilidad a las escuelas y la educación.