Consejos para combatir el resfriado del bebé
Sabemos que esos pequeños resfriados son desgarradores, pero hasta el más pequeño de los sistemas inmunitarios debe ser puesto a prueba en algún momento. Aunque el primer año del bebé puede ser un momento poco ideal, la Academia Americana de Pediatría (AAP) afirma que es habitual que los niños sufran entre ocho y diez resfriados antes de los dos años. La buena noticia es que la mayoría de los casos se resuelven sin grandes problemas y con efectos secundarios no graves. Sigue leyendo para saber cómo superar el primer resfriado del bebé y cómo mantener a raya el siguiente.
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Calmar la tos o el resfriado de un bebé o un niño pequeño sin medicamentos
El virus del resfriado es esencialmente una infección vírica de las vías respiratorias, que se caracteriza por la congestión nasal y el goteo de la nariz con una mucosidad clara que se espesa y se vuelve amarilla, verde o gris; una tos leve; o un cansancio o irritabilidad inusuales.
Los síntomas del resfriado suelen durar unas 72 horas, y luego empiezan a mejorar en los cinco o siete días siguientes. Si los síntomas del resfriado persisten durante más de 10 días, o siguen empeorando después de tres días, debes llamar a tu pediatra para que te aconseje.
Es posible que lo que empieza como un resfriado se convierta en una enfermedad más grave. (Esto es especialmente cierto en el caso de los bebés de alto riesgo, como los prematuros, los bebés pequeños y los bebés con afecciones cardíacas o pulmonares). Sobre todo en los niños menores de 2 años, un resfriado común puede derivar a veces en un virus respiratorio sincitial (VRS). Los síntomas típicos del VRS son:
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Respiración dificultosa o rápida (más de 60 respiraciones/minuto)
- Dificultad para alimentarse
- Tos duradera
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Uñas azuladas
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Fiebre alta
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Sibilancias
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Cansancio excesivo
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Secreción nasal espesa de color amarillo, verde o gris
El VRS no siempre es una infección grave, pero puede serlo, por lo que justifica la supervisión de un profesional sanitario. Sin la atención adecuada, puede convertirse fácilmente en neumonía o bronquitis. Para obtener más información sobre el VRS, visite www.rsvprotection.com.
Maximizar la recuperación
Dado que tanto el resfriado como el VRS son virus, un antibiótico no servirá de nada; en la mayoría de los casos, hay que dejar que sigan su curso. Pero la falta de una cura mágica no significa que estés totalmente desamparada. Hay algunas cosas que puedes hacer para que tu bebé se sienta mejor y se cure más rápido:
Deja que tu bebé descanse lo suficiente. Fomentar las siestas adicionales con mucho balanceo, canciones relajantes y tiempo de silencio evitará que tu pequeño esté demasiado agotado y de mal humor para estar cómodo.
Asegúrate de que tu hijo consume suficientes líquidos para eliminar los virus de su organismo. Ofrézcale el pecho más a menudo si le da el pecho y deje tiempo suficiente para las tomas. (No le des agua a tu bebé si es menor de un año, a menos que el pediatra te indique lo contrario). Aumentar la ingesta de líquidos puede ser complicado, ya que los bebés congestionados y quisquillosos y los niños pequeños no siempre están interesados en beber. (Cuando tienen la nariz y la boca tapadas, es habitual que tengan dificultades para respirar. Esto es especialmente cierto en el caso de los recién nacidos, ya que sólo pueden respirar por la nariz durante los primeros meses de vida). Prueba a echar unas gotas de suero fisiológico para bebés en cada una de las fosas nasales de tu hijo y, a continuación, utiliza una jeringa de pera para succionar el líquido. Esto ayudará a abrir las fosas nasales (al menos temporalmente), haciendo más factible la respiración mientras come.
Utiliza un humidificador de vapor frío o un vaporizador para aliviar la congestión de la nariz del bebé. (También puedes poner en marcha una ducha caliente para crear un baño con vapor y conseguir un efecto similar). Añadir aceite de eucalipto o de árbol de té al humidificador también puede ayudar.
Nota: Probablemente hayas visto la gran cantidad de medicamentos para la tos y el resfriado disponibles sin receta en tu tienda local, pero siempre debes consultar a un pediatra antes de dar a tu bebé cualquier medicamento para el resfriado.
Evite futuras enfermedades
Un poco de esfuerzo puede llegar muy lejos. Aunque seguramente no puedes evitar que tu hijo se ponga enfermo, puedes hacer todo lo posible para que esto ocurra con la menor frecuencia posible. Esto es lo que puedes hacer para mantener alejada la congestión nasal:
Lávate las manos, así como las de tu bebé. (O utiliza un desinfectante de manos a base de alcohol si es necesario sólo en tus manos, aunque estos productos no son tan eficaces como el viejo jabón y el agua caliente). Una buena limpieza de la parte delantera y trasera de las manos, las muñecas, los dedos y las uñas eliminará los posibles gérmenes que puedan inducir al bebé. Y como los deditos de tu bebé suelen meterse en la boca, asegúrate de lavarlos también con regularidad.
Mantén a tu bebé alejado de cualquier hermano mayor que esté resfriado o tenga el VRS hasta que deje de ser contagioso, normalmente entre tres y siete días. Compartir los juguetes es loable; compartir los virus, no tanto.
Si es posible, evite las guarderías durante la temporada de frío. Dado que el número de niños en estas instalaciones es grande, también lo es el número de gérmenes a los que los pequeños estarán expuestos.
Asegúrate de que tu bebé se mantiene hidratado. El consumo de mucho líquido ayudará a mantener las cavidades nasales viscosas y pegajosas (una bonita imagen, ¿eh?), para que puedan atrapar y retener cualquier germen no deseado antes de que infecte a tu dulce guisante.