Un estudio revela que los sistemas sépticos son fuentes importantes de contaminantes emergentes en el agua potable
27 jun 2017
Un nuevo análisis muestra que los sistemas sépticos de Estados Unidos vierten habitualmente al medio ambiente productos farmacéuticos, sustancias químicas de productos de consumo y otras sustancias químicas potencialmente peligrosas. El estudio, publicado el 15 de junio en la revista Environmental Science & Technology, es la evaluación más completa hasta la fecha de los sistemas sépticos como fuentes importantes de contaminantes emergentes, lo que plantea problemas de salud, ya que muchas de estas sustancias químicas, una vez vertidas, acaban en las aguas subterráneas y en los suministros de agua potable.
Conocidos como contaminantes de preocupación emergente (CCA), estos tipos de contaminantes se detectan con frecuencia en los ríos, lagos y suministros de agua potable de Estados Unidos. Sin embargo, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. no los regula actualmente en el agua potable. Muchos contaminantes emergentes son alteradores hormonales. Su presencia en el medio ambiente se ha asociado a la feminización de los peces macho y a la reducción de la fertilidad en otros animales salvajes. Y los estudios en humanos han relacionado algunos CCA con enfermedades tiroideas, trastornos del desarrollo, disminución de la fertilidad e incluso cáncer.
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"Se trata de sustancias químicas que se encuentran en los productos que utilizamos a diario y que acaban yéndose por el desagüe", explica Laurel Schaider, química medioambiental del Instituto Silent Spring y autora principal del estudio. "Lo preocupante es que estamos potencialmente reexpuestos a estas sustancias químicas en forma de mezclas a través del agua potable y no tenemos ni idea de cuáles son los efectos sobre la salud de esas exposiciones".
Aproximadamente el 20% de los hogares estadounidenses utilizan sistemas sépticos para procesar sus aguas residuales. En algunas partes del país, la cifra es mucho mayor. En Cape Cod, Massachusetts, por ejemplo, el 85% de los residentes dependen de sistemas sépticos. Aunque los sistemas sépticos son fuentes conocidas de contaminación por nutrientes y se han asociado a brotes de enfermedades, sigue habiendo dudas sobre la medida en que aportan contaminantes emergentes al medio ambiente.
Para evaluar la eficacia de los sistemas sépticos en la eliminación de contaminantes, Schaider y sus colegas realizaron un metaanálisis de 20 estudios diferentes sobre sistemas sépticos, creando el conjunto de datos más completo sobre contaminantes emergentes vertidos habitualmente al medio ambiente. Los investigadores identificaron 45 contaminantes en total. Entre ellos figuran productos farmacéuticos, ingredientes de productos de cuidado personal, sustancias químicas de productos de limpieza, retardantes de llama, hormonas (tanto naturales como sintéticas) y otras sustancias comunes como la cafeína.
En el análisis, Schaider descubrió que los sistemas sépticos hacen un trabajo decente a la hora de eliminar sustancias químicas como el paracetamol, la cafeína y los alquifenoles, un grupo común de ingredientes utilizados en los productos de limpieza. Sin embargo, son mucho menos eficaces a la hora de eliminar otros contaminantes. Entre las sustancias químicas que tienden a colarse se encuentran el TCEP, un retardante de llama cancerígeno, un medicamento contra la epilepsia llamado carbamazepina y el antibiótico sulfametoxazol.
"En las zonas de alta densidad donde hay un gran número de viviendas con sus propios sistemas sépticos, estos sistemas son probablemente la principal fuente de contaminantes emergentes en las aguas subterráneas", afirma Schaider. Esto resulta especialmente problemático, dice, cuando estos residentes también dependen de pozos privados de aguas subterráneas poco profundas para obtener agua potable, como suele ocurrir en estados como Massachusetts, Delaware, Florida, Maryland, Nueva Jersey y Nueva York.
El estudio también comparó las aguas residuales tratadas de los sistemas sépticos convencionales con las de las plantas centralizadas de tratamiento de aguas residuales y halló niveles similares de contaminantes. Esto sugiere que el cambio de sistemas sépticos a un sistema de alcantarillado centralizado puede no resolver completamente los problemas de los contaminantes emergentes que entran en el medio ambiente.
Según Schaider, la mejor forma de proteger la calidad del agua potable es mantener los sistemas sépticos alejados de las zonas que abastecen a los pozos locales de agua potable. "También es importante que la gente siga las directrices de mantenimiento de sus sistemas sépticos para asegurarse de que funcionan correctamente", afirma. "Y evitar los productos domésticos con ingredientes nocivos cambiando a alternativas más seguras puede marcar una verdadera diferencia".