Las nuevas directrices hacen hincapié en los tratamientos no quirúrgicos de los miomas uterinos
Clínica Mayo 6 de noviembre de 2024
Los miomas uterinos son una enfermedad frecuente que afecta hasta al 80% de las mujeres a lo largo de su vida. Casi la mitad de ellas experimentan síntomas que afectan a su calidad de vida y fertilidad, como dolor intenso y anemia. Los miomas uterinos son el principal motivo de extirpación del útero mediante histerectomía. Sin embargo, los investigadores de Mayo Clinic recomiendan tratamientos mínimamente invasivos alternativos a la histerectomía, en un artículo de práctica clínica publicado en la revista New England Journal of Medicine.
"Los tratamientos menos invasivos pueden ayudar a las mujeres a recuperarse más rápido y reanudar sus actividades normales con mayor celeridad. Además, muchos estudios han demostrado que conservar el útero y los ovarios es beneficioso para la salud", afirma la Dra. Shannon Laughlin-Tommaso, ginecóloga y obstetra de Mayo Clinic y coautora principal del artículo.
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La extirpación del útero, aunque se conserven los ovarios, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, depresión, ansiedad y mortalidad. Estos riesgos son mayores en las personas a las que se extirpa el útero a una edad temprana.
Las mujeres que se plantean una histerectomía merecen recibir asesoramiento sobre estos riesgos, ya que existen otras opciones menos invasivas para muchas mujeres con miomas."
Dra. Shannon Laughlin-Tommaso, Clínica Mayo
Un estudio reciente reveló que casi el 60% de las mujeres sometidas a histerectomía por miomas no habían recibido antes un tratamiento menos invasivo. Disponer de opciones alternativas a la histerectomía permite a las mujeres mantener el útero durante más tiempo.
Estas alternativas incluyen terapias médicas, DIU liberadores de hormonas, ablación por radiofrecuencia, ablación por ultrasonidos focalizados y embolización de la arteria uterina.
La detección precoz es clave. Cuando los miomas se detectan pronto, suelen ser más pequeños y menos extensos. En consecuencia, tratarlos pronto es menos complicado desde el punto de vista médico.
La incidencia de miomas aumenta con la edad hasta la menopausia y es mayor entre las mujeres negras. Además, esta población suele presentar miomas más graves.
"El diagnóstico y tratamiento tempranos de los miomas uterinos pueden ayudar a reducir esta disparidad sanitaria entre las mujeres negras", afirma la Dra. Ebbie Stewart, coautora principal y ginecóloga y endocrinóloga reproductiva de Mayo Clinic. En estudios basados en encuestas, muchas pacientes negras prefirieron las terapias mínimamente invasivas a las histerectomías.
El diagnóstico de los miomas es sencillo con una ecografía pélvica, pero no lo es determinar a quién hay que someter a cribado, que suele realizarse cuando los miomas son grandes o sintomáticos. Muchas mujeres con miomas sintomáticos han manifestado sufrimiento psicológico, como depresión, preocupación, enfado y malestar por la imagen corporal.
Los investigadores sugieren que los estudios futuros incluyan el cribado de mujeres más jóvenes, sobre todo de raza negra, y de personas con antecedentes familiares de fibromas para determinar si el tratamiento precoz reduce los riesgos a largo plazo.
¿Por qué una histerectomía?
La histerectomía ha sido el tratamiento más habitual de los miomas uterinos por varias razones.
"La histerectomía facilita la toma de decisiones a médicos y pacientes. Los médicos no tienen que decidir qué miomas tratar o extirpar. Además, la histerectomía está disponible universalmente en las consultas de obstetricia y ginecología", explica el Dr. Laughlin-Tommaso.
Además, la preocupación por pasar por alto inadvertidamente un cáncer poco frecuente que crece en el músculo liso del útero, conocido como leiomiosarcoma, ha llevado a un aumento de la tasa de histerectomías frente a enfoques menos invasivos.
Por último, una de las principales razones de la histerectomía es que los miomas pueden reaparecer en un 50% de los casos en los cinco años siguientes a su extirpación. Sin embargo, los investigadores señalan que no todos los nuevos miomas se vuelven sintomáticos, sobre todo entre las mujeres que entran en la menopausia.
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