El estrés materno durante la preconcepción se asocia a mayores niveles de glucosa en sangre, según un estudio
Ene 4 2024 Mass General Brigham
Se sabe que el estrés durante el embarazo influye en los resultados de salud, pero un nuevo estudio de investigadores del Mass General Brigham sugiere que también es importante evaluar los niveles de estrés antes del embarazo. Investigadores del Hospital General de Massachusetts y del Hospital Brigham and Women's analizaron la relación entre el estrés declarado por las propias madres inmediatamente antes de la concepción entre mujeres que buscaban atención para la fertilidad y los niveles de glucosa en sangre, un marcador de la salud cardiaca. El equipo descubrió que el estrés materno durante la preconcepción se asociaba a mayores niveles de glucosa en sangre, especialmente entre las mujeres que recurrían a la inseminación intrauterina para concebir y las de nivel socioeconómico más alto. Los resultados se publican en la revista Journal of the Endocrine Society.
La prevalencia del estrés ha aumentado con los años, sobre todo en las parejas que no pueden concebir de forma natural. Queríamos evaluar cómo afecta este estrés a la salud durante el embarazo, lo que puede afectar a largo plazo tanto a la madre como al niño."
¿Está asociado el estrés materno con los niveles de glucosa en sangre durante el embarazo entre las mujeres que acuden a un centro de fertilidad?
Reducir los niveles de glucosa en sangre podría mejorar la fertilidad de las mujeres con obesidad
Lidia Mínguez-Alarcón, PhD, MPH, Bpharm, autora correspondiente, epidemióloga reproductiva de la División Channing de Medicina en Red de Brigham y coinvestigadora del estudio Medio Ambiente y Salud Reproductiva (EARTH).
Mínguez-Alarcón y sus colegas analizaron los datos del estudio EARTH realizado en el Centro de Fertilidad del Hospital General de Massachusetts entre 2004 y 2019 para 398 mujeres de entre 18 y 45 años. Las mujeres autoinformaron sobre el estrés percibido antes de la concepción al inicio del estudio. Las características clínicas adicionales y la información sociodemográfica, incluidos los antecedentes familiares y médicos, el uso de productos de consumo y el historial de tabaquismo, fueron recopilados por el personal del estudio a través de registros médicos o cuestionarios.
Las mujeres tenían una edad media de 35 años en el momento de entrar en el estudio, y la mayoría eran de raza blanca (83%), declararon no haber fumado nunca (78%) y tenían al menos estudios universitarios (64%). Trescientas de las mujeres concibieron mediante tecnologías asistidas médicamente, como la inseminación intrauterina (IIU) o la fecundación in vitro (FIV). Durante la IIU, el esperma se inyecta directamente en el útero, mientras que la FIV es una tecnología de varios pasos que implica la extracción de un óvulo para su fecundación en un laboratorio antes de transferirlo de nuevo al útero. Las pruebas de glucosa se realizaron en una mediana de 26 semanas de embarazo y se tomaron una hora después de que las mujeres bebieran una solución de glucosa de 50 gramos. Se consideró normal una glucemia igual o inferior a 140 mg/dL.
Los investigadores descubrieron que los niveles de azúcar en sangre, una medida de la salud cardiovascular, eran anormalmente altos en 82 de las mujeres implicadas. Estudios anteriores han demostrado que las mujeres con antecedentes de diabetes gestacional (DG) durante el embarazo corren un mayor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, así como problemas cardiovasculares más adelante, incluida la calcificación de las arterias cardiacas.
El equipo descubrió que las mujeres con mayor estrés previo a la concepción tenían niveles medios de glucosa más elevados. Además, las mujeres que concibieron mediante IIU presentaban niveles de estrés y glucemia más elevados que las que concibieron mediante FIV. El estudio también reveló que las mujeres con un nivel socioeconómico más alto presentaban mayores niveles de estrés preconcepcional y de glucemia durante el embarazo. Para medir el nivel socioeconómico se utilizó la mediana de los ingresos familiares.
Según Mínguez-Alarcón, "las mujeres profesionales con mayores ingresos y niveles educativos pueden desempeñar trabajos exigentes que requieren mucho tiempo y, a menudo, también son responsables de compaginar las exigencias en el lugar de trabajo con las tareas domésticas y el cuidado de los hijos", y añade: "Se ha demostrado anteriormente que las mujeres con un mayor nivel educativo experimentan mayores niveles de estrés laboral. Dado que el nivel educativo se asocia positivamente con el salario, es posible que esta explicación se aplique también a las mujeres con mayores ingresos."
Aun así, los resultados son limitados, ya que el estudio incluye a un grupo de mujeres, en su mayoría blancas y de nivel socioeconómico alto, que buscan atención sanitaria para la fertilidad. La autoevaluación del estrés percibido también puede dar lugar a sesgos por parte de los participantes. En futuras investigaciones se pueden estudiar otras variables, como la calidad del sueño o la seguridad del vecindario, así como el efecto del estrés preconcepcional en la salud del bebé.
"Nuestros resultados son de importancia para la salud pública, dado el aumento de las tasas de estrés a lo largo de los años y su efecto sobre la salud cardiovascular", afirmó Mínguez-Alarcón. "Las mujeres pueden intentar reducir sus niveles de estrés mediante diversas estrategias, como ser más activas, evitar el alcohol y las drogas, comer sano y evitar el aislamiento. Dada la escasa literatura en este campo, nuestro estudio tiene el potencial de iniciar importantes debates."