Un estudio con ratones revela las consecuencias hepáticas de la exposición a mezclas de sustancias químicas disruptoras endocrinas
Cada vez estamos más expuestos a sustancias químicas alteradoras del sistema endocrino (SAE) que interfieren en el funcionamiento normal de nuestras hormonas. El bisfenol A (BPA) y los ftalatos, ampliamente utilizados en productos de consumo como plásticos, latas de aluminio, productos farmacéuticos y cosméticos, son EDCs bien conocidos.
Dado que tanto el BPA como los ftalatos son estructuralmente similares a las hormonas esteroides que regulan la señalización química en el organismo, son capaces de manipular y alterar las funciones hormonales. El hígado, sede del metabolismo energético y de la desintoxicación de xenobióticos, es el principal objetivo de estos EDC. El hígado convierte estas SAE en metabolitos hidrosolubles no tóxicos para su excreción por la orina. Sin embargo, este proceso de biotransformación genera productos intermedios reactivos que se acumulan en el hígado, provocando la muerte celular y el fallo del órgano.
Los estudios realizados con modelos animales y muestras de orina humana han confirmado la correlación positiva entre la exposición a las distintas SAE y la función hepática anormal. Sin embargo, no tienen en cuenta los escenarios de la vida real en los que se produce simultáneamente una exposición incontrolada a múltiples sustancias químicas.
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Para abordar esta cuestión, el profesor Myung-Geol Pang y sus colegas de la Universidad de Chung-Ang (Corea) investigaron los efectos de la exposición combinada al BPA y los ftalatos en la función hepática y la homeostasis metabólica en modelos de ratones. Al detallar el diseño de su estudio, el profesor Pang observa:" Determinamos los efectos combinados de múltiples EDCs utilizando un concepto de simulación de riesgo en la vida real". Su estudio se puso en línea el 26 de mayo de 2022 y se publicará el 15 de agosto de 2022 en el volumen 436 de la revista Journal of Hazardous Materials.
El profesor Pang y su equipo evaluaron los efectos del BPA y de una mezcla de EDC formada por BPA y siete compuestos de ftalato en ratones macho. Observaron que ni el BPA por sí solo ni la mezcla de EDC afectaban a la función hepática en los límites de exposición humana diaria (ED) permitidos definidos por el Ministerio de Seguridad Alimentaria y Farmacéutica de Corea. Sin embargo, se observaron cambios significativos en el hígado cuando la dosis de la mezcla de EDC se incrementó a 25, 250 y 2500 veces el límite de ED, incluyendo un aumento en el peso total del hígado. El estudio registró la acumulación en el hígado de lípidos, triglicéridos y colesterol -formas en las que se almacena la grasa en el cuerpo-, además de niveles elevados de glucosa en sangre con estos altos niveles de exposición a EDC. Los científicos especularon que las SAE inducían la expresión de genes clave implicados en las vías de producción y transporte de la glucosa, lo que en última instancia afectaba a la salud del hígado.
Dado que se sabe que la exposición a EDCs altera las enzimas hepáticas, el equipo examinó los niveles de componentes del suero sanguíneo que son indicativos de lesión hepática. Se observó un aumento de los niveles de la enzima aminotransferasa tras la exposición a niveles de mezcla de EDC que superaban 25 veces el nivel recomendado de DE, lo que indicaba un daño hepático. Además, también se observó una relación de aspartato y alanina aminotransferasa de >1, lo que indicaba un mayor riesgo de enfermedad de hígado graso no alcohólico y la progresión de la fibrosis hepática debido a un mayor depósito de fibra de colágeno. Además, se observó que las citoquinas antiinflamatorias se agravaron en los ratones expuestos a la EDC, lo que dio lugar a la esteatohepatitis, una condición en la que el exceso de grasa se acumula en el hígado causando la muerte celular y la progresión de la fibrosis hepática. Cabe señalar aquí que el sistema inmunitario de los mamíferos segrega citocinas proinflamatorias en respuesta a sustancias químicas peligrosas, como las SAE, o a infecciones, contribuyendo así a la inflamación del hígado.
Curiosamente, también se observó que los marcadores de estrés oxidativo y muerte celular por apoptosis eran abundantes en los ratones expuestos a EDC. Los científicos lo atribuyeron a la reducción de la capacidad antioxidante del hígado dañado por los EDC.
Este estudio es importante porque evalúa el impacto de las sustancias químicas tóxicas en un escenario real, lo cual es muy necesario para subrayar y definir sus niveles permisibles en los productos de consumo: "Laexposición combinada a los EDC puede aumentar la ingesta total de EDC, lo que tiene importantes consecuencias para la salud ", explica el profesor Pang. ¿Qué implicaciones podrían tener sus hallazgos? "Nuestro estudio intentó cambiar el enfoque toxicológico convencional y esperamos que tenga un enorme impacto en las perspectivas de regulación y salud pública", dice el profesor Pang.