Un estudio describe las reacciones emocionales de las mujeres que se han sometido a un trasplante de útero
Convertirse en madre tras recibir un trasplante de útero, con el cambio radical que supone en la vida cotidiana, provoca una sensación de irrealidad que va más allá de la experiencia cotidiana. Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Gotemburgo describe las reacciones emocionales de las mujeres que se han sometido a lo que no era factible hace menos de diez años.
Este estudio cualitativo sobre los sentimientos de las mujeres acerca de la maternidad tras un trasplante de útero se publica ahora en la revista científica Human Reproduction. La primera autora es Stina Järvholm, profesora asociada de Psicología de la Universidad de Gotemburgo y psicóloga clínica del Hospital Universitario Sahlgrenska.
Järvholm pertenece al grupo de investigación sobre trasplantes de útero que ha atraído la atención internacional por sus avances médicos, y también se ha distinguido por sus investigaciones y publicaciones sobre el impacto psicológico a largo plazo del trasplante en donantes, receptoras y parejas.
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En el presente estudio participaron siete mujeres que, o bien carecían de útero desde su nacimiento, o bien necesitaban que se les extirpara quirúrgicamente. Las siete habían vivido con la creencia de que nunca serían padres biológicos. Cuando recibieron un trasplante de útero en 2013, su edad media era de 29 años.
Los resultados, basados en entrevistas anuales con las mujeres hasta 2018, muestran claramente que en muchos aspectos vivieron su situación de forma similar a la mayoría de las demás madres. Convertirse en madre fue emocionante y desafiante a la vez, y las relaciones de pareja se pusieron a prueba.
Ansiedad y sensación de vigilancia
Al mismo tiempo, las mujeres tenían preocupaciones relacionadas con el procedimiento en sí. Algunas temían que el bebé se viera afectado negativamente durante el embarazo, y otras sentían que el embarazo no era verdaderamente suyo, dada la amplia supervisión médica a la que estaban sometidas.
"Me pregunto si quieres a tu hijo de una manera diferente, por la misma razón por la que nació como lo hizo", reflexionó una mujer en una entrevista. Otra mujer se rió un poco al relatar cómo a veces, cuando salía de compras con su hijo, pensaba de repente: "¿Qué he hecho?" y "¿Y si la gente de mi alrededor lo supiera?".
Psicológicamente, ser madre después de un trasplante de útero parece ser una mezcla de sentirse como cualquier otra persona y, al mismo tiempo, luchar con una sensación de irrealidad".
Stina Järvholm
Los trasplantes de útero de donantes vivas de 2013 formaron parte del primer proyecto de investigación sistemático y con base científica del mundo en este ámbito. Fue dirigido por Mats Brännström, profesor de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Gotemburgo y médico jefe del Hospital Universitario Sahlgrenska.
Tras el primer nacimiento en Gotemburgo en 2014, le siguieron otros siete nacimientos antes de que una mujer fuera de Suecia diera a luz a un niño tras un trasplante de útero. Hasta la fecha, han nacido 12 bebés en el marco del proyecto de investigación sueco, mientras que el total mundial es de unos 40.
Mejor apoyo en situaciones difíciles
Järvholm subraya que el trasplante de útero es una forma avanzada de tratamiento de la infertilidad que se prolonga durante muchos años y que incluye tanto a las receptoras como a las partes y a las donantes.
"Los resultados nos ayudan a prestar apoyo psicológico en los momentos en que las mujeres están sometidas a una tensión adicional -cuando, por ejemplo, intentan quedarse embarazadas repetidamente sin éxito o tienen abortos espontáneos- y para aquellas que tienen que abandonar el proyecto sin convertirse en padres de la forma que esperaban", afirma Järvholm.
"Los conocimientos que hemos adquirido también son útiles para las personas que conocen a estas mujeres mientras están embarazadas. Les ayuda a proporcionar un buen apoyo basado en las necesidades específicas de las mujeres y a comprender que lo que antes era imposible se está convirtiendo en una realidad", concluye.