5 de los síntomas más desagradables del embarazo que nadie te cuenta
Hay muchas cosas que te gustan del embarazo: un pelo estupendo, unas uñas fuertes y ese glorioso resplandor. Pero también están los efectos secundarios no tan buenos, y no nos referimos solo a los pies hinchados, sino a síntomas tan desagradables que son casi un tabú: la verdadera cara oculta de esa hermosa barriga en flor.
Es posible que tu madre te cuente las horas que pasó tumbada en el suelo del baño lidiando con las náuseas matutinas cuando estaba embarazada de ti, y que la abuela comparta la hinchazón que experimentó y que le hizo llevar su anillo de boda en una cadena alrededor del cuello mientras estaba embarazada.
Pero, ¿le dirán la verdad detrás de las vergonzosas nuevas funciones corporales que está experimentando y le explicarán por qué partes de usted parecen empeñadas en castigarle por alguna razón desconocida?
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No temas, hemos recopilado una lista de los efectos secundarios menos glamurosos del embarazo para tranquilizarte y recordarte que no estás sola: el embarazo puede ser jodidamente duro (y un poco asqueroso).
1. El sangrado de las encías
El sangrado de las encías es una de esas desagradables sorpresas que algunas mujeres tienen la suerte de descubrir durante el embarazo. Por si no fuera suficiente luchar contra las náuseas que provocan ciertos olores, la visión de la sangre en el lavabo y su sabor en la boca al cepillarse los dientes no ayudan. Un folleto informativo elaborado por la Universidad de Adelaida explica los efectos de las hormonas del embarazo en la salud bucodental de las mujeres.
"Las hormonas del embarazo cambian el riego sanguíneo de las encías y, cuando hay placa, puede causar gingivitis del embarazo: encías rojas e hinchadas que sangran fácilmente al cepillarse y pueden estar sensibles", explica.
Se insta a las futuras mamás a que se sometan a una revisión dental antes de quedarse embarazadas o al principio del embarazo para asegurarse de que sus encías se mantienen sanas durante todo el tiempo y para minimizar el riesgo de gingivitis inducida por el embarazo.
2. Estreñimiento
El estreñimiento no es divertido en ningún momento, y mucho menos cuando estás embarazada y ya te sientes bastante cargada. El embarazo provoca un aumento de la progesterona, que relaja los músculos lisos del cuerpo, incluido el intestino. Esto significa que los alimentos pasan por el sistema más lentamente de lo habitual y pueden provocar estreñimiento.
Beber mucha agua y comer alimentos ricos en fibra son consejos obvios, pero el 40 por ciento de las mujeres siguen manifestando algún tipo de estreñimiento durante el embarazo. Existen limitaciones en cuanto a lo que se puede tomar de forma segura durante el embarazo, pero afortunadamente hay algunos productos que son suaves y eficaces para aliviar el estreñimiento, así que habla con tu farmacéutico para que te aconseje cuál es el mejor paso a seguir para ti.
El estreñimiento no tiene por qué arruinar la experiencia del embarazo y, al mantener las heces blandas, las mujeres pueden evitar potencialmente el desarrollo de otras afecciones como las hemorroides. Hablando de eso...
3. Hemorroides
Nada puede contrarrestar ese magnífico brillo del embarazo como la tortura de caminar con bultos dolorosos, a veces del tamaño de una uva, rozando justo en el pasaje de la espalda.
El placer demasiado común de las hemorroides en el embarazo se produce cuando los vasos sanguíneos que rodean el conducto anal se hinchan y aumentan de tamaño. Evitar el estreñimiento es la forma más importante de reducir la dolorosa hinchazón o prevenirla por completo, pero desgraciadamente no hay garantías.
Otras formas de reducir el riesgo de desarrollar hemorroides son no hacer esfuerzos para evacuar el intestino, o permanecer demasiado tiempo en el inodoro, así como hacer ejercicios de kegel a diario y no sentarse o estar de pie durante mucho tiempo sin descansar.
4. Flujo vaginal
El flujo vaginal es el efecto secundario más desagradable que experimentan las mujeres durante el embarazo. Es completamente normal que se produzca un poco de flujo en la ropa interior, así que es hora de rellenar tu suministro de pezoneras.
Sin embargo, el Royal Women's Hospital Victoria advierte: "Si el flujo tiene un olor desagradable, provoca dolor, picor o está descolorido, es posible que tengas una infección vaginal", aunque lo más probable es que se trate de una candidiasis vaginal, pero sigue siendo importante acudir al médico para confirmar que no se trata de nada más siniestro.
5. Pérdidas de leche
Todos sabemos que los pechos pueden gotear después de que nazca el bebé, pero algunas mujeres también experimentan esta alegría de antemano.
Aunque es más frecuente en las últimas etapas del embarazo, cuando las hormonas están en su punto álgido y tu cuerpo empieza a prepararse para convertirse en una máquina de dar de comer, también puede ocurrir mucho antes, sobre todo si no es tu primer hijo.
Es una buena idea abastecerse de almohadillas para los senos y, si te preocupa algún cambio en ellos, siempre es mejor consultar a tu médico.