¿Podrían ser las microalgas el arma secreta para acabar con el hambre en el mundo y salvar el planeta?
Por Priyanjana Pramanik, MSc. Revisado por Susha Cheriyedath, M.Sc. Sep 26 2024
Las microalgas cultivadas comercialmente no sólo aportan nutrientes vitales para combatir la desnutrición infantil, materna y de la tercera edad, sino que también ofrecen una alternativa más ecológica a la agricultura tradicional, ayudando a reducir las emisiones de carbono y la contaminación de las aguas residuales.
Estudio: Mejorar la desnutrición con microalgas. Crédito de la imagen: Chokniti-Studio / Shutterstock
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En un reciente artículo de revisión publicado en la revista Nutrition, investigadores de Australia analizaron el potencial de las microalgas cultivadas comercialmente para abordar problemas nutricionales mundiales.
Concluyeron que el consumo de microalgas tiene diversos beneficios para la salud y que su cultivo presenta varias ventajas, entre ellas que no requiere pesticidas ni tierras cultivables.
Desnutrición: una preocupación mundial
Las deficiencias nutricionales son un problema acuciante en todo el mundo, y los expertos sugieren que la desnutrición infantil y materna es la causa de la mayor pérdida de años de vida por mala salud y discapacidad. La desnutrición en los adultos mayores también es un problema importante, ya que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, pérdida de masa muscular y disminución del funcionamiento físico y mental. Los adultos mayores también sufren desnutrición y se ven especialmente privados de energía y proteínas.
Las microalgas producen alrededor del 50% del oxígeno de la Tierra y son esenciales para absorber el dióxido de carbono, por lo que resultan cruciales para la sostenibilidad medioambiental.
Las estimaciones indican que más del 20% de los niños menores de cinco años son demasiado bajos para su edad y que la desnutrición es la causa del 45% de las muertes entre los niños de esta edad. Mejorar la nutrición mejorará la salud y disminuirá la carga de enfermedades no transmisibles, al tiempo que reducirá el hambre y la pobreza.
Las microalgas en la naturaleza
Las microalgas, al igual que el resto del fitoplancton, son organismos microscópicos que se encuentran en el agua. Las algas verdes y marinas son los ancestros de todas las plantas terrestres existentes y evolucionaron hace más de mil millones de años. De hecho, las microalgas desempeñaron un papel importante en el Gran Evento de Oxidación de la Tierra hace más de 2.000 millones de años, contribuyendo a la oxigenación de la atmósfera.
Hoy en día, las microalgas son esenciales para la fotosíntesis aunque no tengan raíces ni hojas. Se encuentran en regiones marinas y de agua dulce y crecen rápidamente. Tienen nutrientes beneficiosos y mejoran la fertilidad del suelo, filtran los contaminantes y controlan las enfermedades de los cultivos.
Algunas microalgas pueden tener propiedades antibacterianas contra patógenos humanos, y sus vías biosintéticas tienen varios usos. Sin embargo, constituyen una pequeña parte de la producción comercial de algas, y la espirulina representa casi el 97% de la producción mundial de microalgas.
Beneficios nutricionales
Dependiendo de la especie, las microalgas contienen distintos niveles de proteínas, carbohidratos y lípidos. Por ejemplo, Chlorella y Spirulina son ricas en proteínas, mientras que las microalgas rojas como Porphyridium son ricas en hidratos de carbono. Por ejemplo, Nannochloropsis y Schizochytrium pueden producir grandes cantidades de ácido eicosapentaenoico (EPA), mientras que Schizochytrium produce ácido docosahexaenoico (DHA), ambos cruciales para la salud humana.
Las microalgas pueden utilizarse en alimentos y nutracéuticos para paliar las carencias mundiales de nutrientes y servir de alternativa sostenible al aceite de pescado, que es la principal fuente de ácidos grasos omega-3 pero no puede satisfacer la demanda mundial. Del mismo modo, son fuentes de proteínas más sostenibles que las de origen animal y también pueden utilizarse como prebióticos y para la alimentación animal.
Principales componentes de las microalgas y sus beneficios potenciales.
Los productos que incorporan microalgas incluyen alimentos funcionales y en desarrollo. Aunque la espirulina lleva siglos siendo utilizada por pueblos indígenas de todo el mundo, las microalgas aparecen ahora en platos de restaurantes de alta cocina. Se han desarrollado métodos sostenibles de producción casera, y añadirlas a productos alimenticios como sopas o puré de tomate puede mejorar la aceptación del consumidor, su valor nutricional y su capacidad antioxidante.
Cultivo comercial
Las microalgas son económicas, sostenibles y renovables, lo que las hace valiosas en las industrias biofarmacéutica, nutracéutica y de energías renovables. La biomasa procedente del tratamiento de aguas residuales puede producir biofertilizantes, bioestimulantes y biopesticidas, ofreciendo alternativas sostenibles a las opciones sintéticas.
Además, las microalgas pueden eliminar del agua contaminantes como metales pesados y pesticidas, lo que supone un valioso servicio medioambiental. Han demostrado su potencial para aplicaciones médicas, como tratamientos para la artritis reumatoide, cánceres, trastornos cerebrales y úlceras diabéticas.
Los estanques de microalgas pueden producir entre 4,5 y 9 veces más biomasa por hectárea que las leguminosas sin utilizar tierra fértil, agua dulce ni pesticidas. Pueden eliminar los contaminantes de las aguas residuales, creando agua limpia y biomasa que puede utilizarse para biocombustibles, bioplásticos y biopesticidas. Esta capacidad de tratar las aguas residuales y producir biomasa valiosa confiere a las microalgas una doble función medioambiental y económica.
También pueden remediar aguas y suelos contaminados, eliminar contaminantes de las aguas residuales industriales y municipales y ayudar a reducir el dióxido de carbono y los óxidos de nitrógeno. Las granjas de microalgas a gran escala podrían reducir significativamente las emisiones mundiales de carbono, lo que las hace valiosas para la sostenibilidad medioambiental.
Sin embargo, el éxito de la comercialización depende de la selección de las cepas de microalgas y las condiciones de cultivo adecuadas. La producción comercial de microalgas requiere cultivos a gran escala e implica factores como la selección de especies, la tecnología de cultivo, la iluminación y las estrategias de recolección.
Hay hasta 800.000 especies de microalgas, pero sólo se han descrito unas 50.000, lo que deja mucho potencial por descubrir.
Los avances en biotecnología e ingeniería son necesarios para impulsar el crecimiento industrial. Tecnologías como los fotobiorreactores y las biopelículas de microalgas inmovilizadas ayudan a mejorar la eficiencia de la producción, especialmente para biocombustibles y tratamiento de aguas residuales.
Además, los productos alimentarios a base de microalgas se enfrentan a retos normativos en regiones como Europa, donde los procesos de aprobación son largos debido a normativas de seguridad alimentaria como la Presunción Cualificada de Seguridad (QPS).
Conclusiones
Las microalgas pueden aportar nutrientes esenciales como lípidos, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales, ofreciendo una solución factible a la desnutrición, especialmente en poblaciones vulnerables como niños, madres y adultos mayores. Su composición varía según la especie, lo que permite un uso selectivo para necesidades nutricionales específicas, como ácidos grasos omega-3, fibra dietética o proteínas. Los distintos tipos de microalgas ofrecen una gama de nutrientes como ácidos grasos omega-3, fibra alimentaria, proteínas y micronutrientes, lo que permite un uso selectivo en función de las necesidades nutricionales.
Estos productos ofrecen una forma sostenible de suministrar nutrientes clave y ayudan a reducir el impacto global de la desnutrición, al tiempo que reducen el impacto ambiental asociado al cultivo tradicional de alimentos. Sin embargo, es necesario conocer mejor las especies de microalgas para identificar su potencial como ingredientes alimentarios, al tiempo que las mejoras biotecnológicas aumentan su producción y amplían su viabilidad comercial. Los estudios de intervención también serán cruciales para identificar los beneficios sanitarios específicos de las diversas especies de microalgas para la desnutrición.