Cómo hacer que el bebé se mueva en el útero: Consejos y trucos
La mayoría de los movimientos fetales pueden percibirse entre las semanas 16 y 25 de embarazo. Para estimular el movimiento, pruebe a comer un tentempié, beber un vaso de leche o de zumo de naranja, hacer ruido o cambiar de postura.
Ahhh, las pataditas del bebé - esos dulces y pequeños movimientos en tu vientre que te hacen saber que tu bebé se está retorciendo, girando, rodando y dando volteretas en tu vientre. Qué divertido, ¿verdad?
Claro, hasta que los suaves estiramientos del bebé se convierten en golpes ninja en la caja torácica y te dejan sin aliento mientras estás hablando por teléfono.
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Otros trucos que tu bebé puede tener en la manga durante su estancia en el útero son:
- Algunos días no te mueves mucho (lo que te hace entrar en estado de pánico).
- negarse a moverse cuando la abuela espera pacientemente con la mano en el estómago
- adoptar posturas incómodas de forma permanente, por mucho que te gustaría que se desplazaran unos centímetros hacia la izquierda.
Esta es la verdad: a veces no tienes suerte cuando se trata de conseguir que tu bebé se mueva a la orden, pero hay algunos trucos para convencerle de que se mueva cuando tú quieras.
Aquí tienes una guía sobre cuándo tu bebé empezará a moverse con regularidad, cómo puedes hacer que cambie de postura (¡o que te avise de que está despierto ahí dentro!) y cuándo debes prestar atención a la falta de movimiento.
Cronología de los movimientos fetalesLa mayoría de los movimientos fetales de una futura mamá primeriza pueden percibirse entre las semanas 16 y 25 de embarazo, es decir, en algún momento del segundo trimestre. Esto también se denomina aceleración. Al principio, estos movimientos parecen aleteos o sensaciones extrañas en el abdomen.
En embarazos más avanzados, es posible que notes antes los movimientos del bebé porque ya sabes qué esperar y estás más atenta a la sutil diferencia entre las pataditas del bebé y los gases intestinales. Pero aun así, pasar periodos de tiempo sin sentir ningún movimiento en el segundo trimestre no es motivo de gran preocupación; a veces puede parecer que el bebé se toma un día libre, y no pasa nada.
Sin embargo, a medida que te adentres en el tercer trimestre, los movimientos del bebé deberían ser habituales. Además, serán mucho más fuertes: las patadas del bebé ya no son aleteos, son patadas de verdad. Los médicos recomiendan empezar a contar las patadas diarias a partir de la semana 28 para asegurarse de que el bebé se mueve lo suficiente (más adelante hablaremos de ello).
Ten en cuenta que algunos bebés son naturalmente más o menos activos que otros. Es útil tener una idea básica de lo que es normal para tu bebé y medir o hacer un seguimiento del movimiento a partir de ahí.
Es posible que incluso puedas observar cierta coherencia en el momento del movimiento (como la mayoría de las mañanas alrededor de las 9:30 a.m.) o la causa del movimiento (¡como cada vez que comes pizza!).
No tienes que preocuparte mucho por seguir los movimientos del bebé durante el segundo trimestre, pero si tu bebé parece un poco desubicado y quieres comprobar cómo está -o simplemente quieres sentirlo ahí dentro por diversión- no faltan estrategias para que empiece la fiesta durante el segundo trimestre.
Consejos probados:
- Toma un tentempié. El aumento de azúcar en tu sangre también afectará a tu bebé y puede ponerle en movimiento. No te pases con los dulces azucarados, pero unos trocitos de chocolate son una forma segura de enviar un chute de energía directamente a tu bebé.
- Bebe algo. Bebe un vaso de zumo de naranja o de leche fría; los azúcares naturales y la temperatura fría de la bebida suelen bastar para estimular el movimiento del bebé. (Este es un truco muy popular en los círculos de mamás que realmente parece funcionar).
- Haz ruido. El sentido del oído de tu bebé está bastante desarrollado a mitad del segundo trimestre, así que hablarle o cantarle, o incluso ponerte unos auriculares en la tripa y poner música, puede animarle a empezar a moverse.
- Cafeína (con moderación). El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomienda que las futuras mamás no consuman más de 200 miligramos (mg) de cafeína al día, pero si aún no te has tomado tu taza diaria, la sacudida de cafeína puede tener un efecto similar al del azúcar en tu bebé. (Una taza de café de 8 onzas contiene una media de 95 mg de cafeína).
- Comprueba tu postura. Si estás de pie, túmbate. Si ya estás tumbada, cambia de lado. ¿Sabes que a tu bebé le encanta ponerse súper activo en cuanto te acuestas a dormir cada noche? Pues aprovéchalo.
- Acariciarlo suavemente. Si notas que tu bebé te aprieta la espalda o el culito, presiona suavemente para ver si responde con algún movimiento. Ten cuidado, por supuesto, pero tu bebé está muy seguro ahí dentro y, a veces, si le das un empujoncito, te lo devuelve.
Es más una leyenda urbana que un hecho comprobado:
- Haz ejercicio rápido y vigoroso. Algunas mamás afirman que una breve sesión de ejercicio (como trotar en el mismo sitio) es suficiente para despertar al bebé en el útero.
- Alumbrarse la barriga con una linterna. Hacia la mitad del segundo trimestre, es posible que tu bebé distinga entre la luz y la oscuridad; una fuente de luz en movimiento puede interesarle. Pero no prometas nada.
- Emociónate. Algunas mamás han tenido suerte provocándose un subidón de adrenalina. Eso sí, asegúrate de que la fuente que elijas sea segura para el embarazo (por ejemplo, no te subas a una montaña rusa).
- Comida picante. ¿Baila flamenco el bebé cada vez que te comes un burrito? Los alimentos picantes son conocidos anecdóticamente por su poder para mover al bebé. Pero también son conocidos por provocar ardor de estómago durante el embarazo.
- Relájate agresivamente. Suena a oxímoron, lo sabemos, pero dedicarse a un cuidado personal legítimo (como un masaje seguro o un baño de burbujas tibio, no caliente) puede permitirte notar más movimientos fetales de lo habitual.
Estás embarazada de 32 semanas, son las 2 de la tarde y te das cuenta de que todavía no has notado ningún movimiento. No te asustes: es posible que el bebé haya estado activo y tú no te hayas dado cuenta. (¡Eh, estás ocupada!)
Primero, siéntate o túmbate en algún sitio durante unos minutos, prestando toda tu atención a tu bebé. ¿Notas algún movimiento? Puede que sea sutil, o que tu bebé esté en una posición diferente a la habitual que dificulte un poco la sensación de movimiento.
Si esto pone a tu bebé en movimiento, empieza a contar las patadas cronometrando el tiempo que tardas en sentir 10 movimientos fetales. Si pasa una hora y no has notado 10, prueba un truco para mover al bebé (como beber zumo de naranja, tomar un tentempié dulce o tumbarte de lado) y espera otra hora para ver si puedes contar 10 movimientos.
Si, al cabo de 2 horas, el resultado del recuento de patadas no es el que debería o sigues sin notar movimiento alguno, llama a tu médico lo antes posible. Es probable que no ocurra nada, pero es probable que el médico te pida que pases por su consulta para una revisión rápida. Puede auscultar el corazón del bebé y, si es necesario, derivarte a una ecografía.
Cómo hacer que el bebé bajeA las 38 semanas, el útero ya no da abasto. Y cada vez que el bebé se estira, lo notas: en las costillas (¡ay!), en la vejiga (la necesidad constante de ir al baño es real) y en el cuello del útero (¡ay!).
Si tu bebé decidiera bajarse ahora mismo, sería un cambio bienvenido; apenas puedes caminar de la cocina al baño sin que te falte el aire, y la acidez del embarazo no te deja dormir por las noches.
La mala noticia es que algunos bebés no descienden hasta justo antes del parto, o incluso durante el mismo, por lo que no hay garantías de que el bebé se desplace pronto hacia el interior de la pelvis.
Pero la buena noticia es que tal vez puedas animar al bebé a iniciar su trayectoria descendente y conseguir un poco de alivio. Puedes intentarlo:
- realizar inclinaciones pélvicas o estiramientos seguros para el embarazo
- hacer ejercicio físico ligero con regularidad
- sentarse en una pelota de parto o con las piernas cruzadas varias veces al día
- Concertar una cita con un quiropráctico (si tu médico te lo permite).
Siento ser la portadora de malas noticias, pero algunos bebés son simplemente testarudos. Puedes bailar por todo el salón después de haberte comido un chili de cinco alarmas y haberte bebido un vaso de zumo de naranja, y aun así no conseguirá sacar sus preciosas nalguitas de debajo de tu tercera costilla.
Si estás desesperada, no hay nada malo en intentar sacar a tu bebé de una postura incómoda y ponerlo en otra que te permita respirar un poco mejor. No hay garantías de que ninguno de estos trucos funcione, pero vale la pena intentarlo. Inténtalo:
- practicar la sentadilla apoyada contra una pared
- inclinar la pelvis hacia delante mientras se está sentado (sentarse sobre una almohada y cruzar las piernas por delante)
- colocarse sobre las manos y las rodillas (postura de la mesa) y balancearse suavemente hacia delante y hacia atrás
- sentarte en una pelota de parto y girar las caderas
- Dormir del lado hacia el que quieres que se mueva el bebé (por la gravedad).