Tratamiento de la obesidad: un enfoque de salud de la mujer

Por el Dr. Liji Thomas, MD 1 de mayo de 2023 Revisado por Lily Ramsey, LLM

En el mundo hay unos 650 millones de personas diagnosticadas de obesidad. Sin embargo, el tratamiento de la obesidad en las mujeres suele ser diferente al de los hombres. Esta premisa se explora en un nuevo artículo publicado en la revista Journal of Progress in Cardiovascular Diseases, que ofrece una perspectiva de la obesidad desde el punto de vista de la salud femenina.

Study: A Women Estudio: Una perspectiva de salud femenina sobre el control de la obesidad. Crédito de la imagen: JacobLund/Shutterstock.com

Introducción

Los investigadores presentan una consideración holística de la afección y su tratamiento en el contexto de la fisiología femenina. Este reconocimiento podría allanar el camino hacia una mejor prevención y tratamiento de la obesidad femenina.

Se sabe poco sobre los factores diferenciales de la obesidad masculina frente a la femenina. Los efectos del sexo, la etnia y las comorbilidades deben explorarse más a fondo.

Sin embargo, se han planteado varias hipótesis en torno a las diferencias observadas entre los sexos en lo que se refiere al aumento de peso.

Entre ellos se incluye el aumento de peso asociado a las etapas de la vida femenina, a saber, la pubertad, el embarazo y la menopausia, cuando se producen enormes cambios en las hormonas sexuales femeninas. Los efectos de la edad se ven exacerbados por la reducción de la función ovárica y el aumento de la producción de andrógenos en la perimenopausia.

También se postula que factores neuronales y conductuales influyen en la mayor respuesta de las mujeres a los alimentos hipercalóricos, especialmente los ricos en hidratos de carbono.

Medición de la grasa

corporal

El índice de masa corporal (IMC) es la referencia más habitual para diagnosticar la obesidad.

Sin embargo, tal y como lo describen muchos investigadores, el IMC falla en muchos aspectos. No sólo es incapaz de distinguir la masa corporal magra de la grasa, sino que tampoco tiene en cuenta las diferencias de raza y sexo, ni deja margen para acomodar las diferencias de densidad ósea.

Son fundamentales para diferenciar la masa corporal sana de la que no lo es y contribuyen a empujar a una gran proporción de la población a la zona de obesidad, aunque sea falsamente. Otras medidas como el perímetro de la cintura y la relación cintura-cadera tampoco distinguen la masa grasa visceral de otros componentes corporales.

Existen métodos más precisos, como la absorciometría de rayos X de doble energía (DEXA), para evaluar directamente la masa grasa corporal, pero no son rentables en un escenario clínico. La antropometría digital puede colmar esta laguna, pero otros estudios deben confirmar que se trata de una alternativa asequible.

Diagnóstico de la obesidad

¿Cómo pueden remediarse los problemas mencionados? El documento sugiere una evaluación exhaustiva del individuo como primer paso. Esto comienza, como siempre, con una historia centrada en los períodos de aumento de peso, los factores que impulsaron el aumento de peso, incluidos los factores dietéticos, el ejercicio físico y los medicamentos y los acontecimientos de la vida. El impacto del embarazo y la menopausia son cruciales entre las mujeres, al igual que los antecedentes familiares.

El historial de sueño y estrés también es importante, así como el entorno socioeconómico, que a menudo obliga al individuo y/o a la familia a elegir alimentos poco saludables.

Medicamentos como los esteroides, utilizados a menudo en afecciones inflamatorias crónicas, los antihistamínicos y los antipsicóticos, se asocian a alteraciones metabólicas que conducen al aumento de peso.

Por último, trastornos psicológicos como la bulimia y el síndrome del comedor nocturno también se dan con frecuencia en pacientes obesos y requieren intervenciones específicas para mejorar su salud mental.

Tal evaluación...

...reconoce que la obesidad no se debe únicamente a las decisiones del individuo (es decir, la dieta, la cantidad de ejercicio o la fuerza de voluntad)"...

Historias relacionadas

  • La cirugía bariátrica puede ser un tratamiento eficaz para los obesos con riesgo de diabetes y neuropatía periférica
  • La exposición ambiental durante el embarazo puede afectar de forma diferente al riesgo de obesidad en niñas y niños, según un estudio
  • Un estudio halla una asociación positiva entre la obesidad y la mortalidad por COVID-19 en 142 países

...reduciendo así el estigma social relacionado con la obesidad y proporcionando formas saludables de salir adelante.

¿Cómo tratar la obesidad femenina?

Teniendo en cuenta la amplitud de los factores que afectan a la obesidad femenina, su tratamiento debe ser igualmente multifactorial y adaptarse a cada paciente y a su entorno cultural. El bienestar económico es igualmente importante, como lo es la sostenibilidad del plan de intervención.

Por ejemplo, está indicada una revisión completa de la medicación para eliminar, sustituir o complementar la que induce o favorece la obesidad.

Las terapias de estilo de vida son el eje de los esfuerzos de pérdida de peso, con intervenciones médicas o quirúrgicas complementarias en caso necesario. El asesoramiento y el apoyo nutricional son cruciales para que el paciente se adapte a un patrón de ingesta de alimentos nutritivo pero no obesogénico.

La actividad física ayuda a prevenir el aumento de peso, pero normalmente no puede favorecerlo. Sin embargo, cuando se combina con un programa nutricional, desarrolla la capacidad cardiovascular, mejora la función física y aumenta el gasto energético, ayudando así a mantener un peso estable.

Es importante identificar y corregir los trastornos del sueño, y enfermedades como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y la depresión, o el asma, que contribuyen a la obesidad e intensifican sus efectos mórbidos.

El alivio del estrés también debe formar parte de la intervención, ya que tanto los factores estresantes externos como el estigma del peso pueden oponerse al éxito de los esfuerzos por perder peso.

La farmacoterapia se limita a las personas cuyos objetivos de pérdida de peso han fracasado utilizando únicamente la terapia del estilo de vida, siempre que la paciente no esté lactando y sea obesa o tenga sobrepeso con enfermedades relacionadas. En la actualidad se utilizan varios medicamentos aprobados para uso a largo plazo. Algunos otros medicamentos antidiabéticos se utilizan de forma no autorizada con el mismo fin.

La cirugía bariátrica es otra opción para estos pacientes, y la mayoría de las intervenciones consisten en extirpar la mayor parte del estómago y desviar el contenido gástrico para puentear parte del intestino delgado, lo que favorece la malabsorción.

Son muy eficaces para producir una pérdida de peso grave y aguda, pero sus efectos a largo plazo son menos seguros y su uso se asocia a malnutrición, deficiencia de micronutrientes y reflujo ácido.

El embarazo es un factor de riesgo especial para la obesidad en la mujer, y viceversa. Los embarazos de mujeres con exceso de peso pueden complicarse con anomalías fetales, bebés de gran tamaño, partos prematuros, mortinatos, diabetes gestacional y preeclampsia. Esta última también puede persistir o aparecer inusualmente pronto en etapas posteriores de la vida.

Las mujeres que ya tienen sobrepeso o son obesas antes del embarazo deben perder peso en este momento mediante estrategias de estilo de vida para optimizar sus posibilidades de tener un embarazo sano.

Los trastornos ovulatorios, como el síndrome de ovario poliquístico anovulatorio, a menudo se corrigen o se benefician, y la eficacia de las tecnologías de reproducción asistida (TRA) suele mejorar con la pérdida de peso.

Sin embargo, se requiere un apoyo intensivo para mantener la pérdida de peso previa al embarazo durante toda la gestación. Alrededor del 50% de las mujeres experimentan un aumento de peso excesivo durante el embarazo, que se traslada a etapas posteriores de la vida.

De nuevo, aproximadamente tres cuartas partes de las mujeres embarazadas conservan el peso ganado en el primer año posparto, con un aumento medio de 4-5 kg al año.

La lactancia materna exclusiva y el apoyo psicológico pueden mitigar dicha retención, que se asocia con problemas de peso a largo plazo, enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y cáncer de endometrio/mama, ciclos menstruales irregulares y problemas de fertilidad, además de trastornos del suelo pélvico.

Se sabe que la actividad física mejora el bienestar materno, pero requiere apoyo social, en la mayoría de los casos, para convertirse en parte de la vida.

¿Cuáles son las implicaciones?

El aumento de peso de la mujer que conduce a la obesidad y a las comorbilidades asociadas puede deberse a múltiples causas.

La obesidad en las mujeres puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente después de la menopausia, que es en sí misma un factor de riesgo cardiovascular para las mujeres de todos los pesos corporales.

Desde una perspectiva biológica, el tratamiento de la obesidad en la mujer es diferente al del hombre y varía en función de la edad y la etapa de desarrollo de la mujer".

Esto debería impulsar la formulación de intervenciones para perder peso y no recuperarlo a lo largo de las distintas etapas de la vida de la mujer. En el futuro también habrá que estudiar las disparidades en las tasas de obesidad y las opciones de tratamiento en los grupos de población con mayor prevalencia.

Noticias relacionadas