Efectos secundarios del estrés durante el embarazo
Para muchas mujeres embarazadas, el viaje de 40 semanas de tener un bollo en el horno es una montaña rusa de cambios emocionales, físicos y situacionales que pueden hacer mella en la salud mental de la mamá, y es natural que este acontecimiento de la vida suponga un reto incluso para los más tranquilos. Tener los datos y saber qué señales buscar puede ayudarte a lidiar con tus preocupaciones personales y a encontrar soluciones positivas para manteneros a ti y a tu bebé en crecimiento a salvo. Sigue leyendo para conocer los consejos de nuestra experta sobre el estrés materno y cómo mantenerse sana durante el embarazo.
Cómo afecta el estrés a la madre y al bebé
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El estrés es muy subjetivo, por lo que es difícil de definir y de medir, pero es probable que los factores que inducen a la ansiedad durante el embarazo sean una preocupación conocida. Las mujeres embarazadas suelen preocuparse por las finanzas, el cuidado de los niños, los plazos del trabajo, las frustraciones de la crianza, el desarrollo del niño y el miedo al parto. Además, las repercusiones del embarazo en la vida cotidiana -desde faltar al trabajo por las náuseas matutinas hasta faltar a eventos sociales a causa del cansancio- unen a las futuras mamás en un sentimiento compartido de inquietud.
Además del estrés fisiológico de un cuerpo cambiante, el hecho de que tu cerebro se adapte a la idea de estar embarazada y tener un bebé puede resultar abrumador. Es normal sentirse emocionada por el crecimiento de la familia en un momento, y sentir el estrés a corto plazo de la crianza de los hijos al siguiente. Con las innumerables transformaciones que se producen a la vez, algunas futuras madres dudan en ceder el control de su entorno. Pero, ¿qué hace este estrés en el conjunto de las embarazadas, y en qué momento es preocupante?
"En realidad, hay más riesgo para el embarazo cuando hay un estrés vital importante al principio del embarazo y en el primer trimestre, ya que un estrés importante puede interrumpir las adaptaciones naturales necesarias para que el embarazo se desarrolle con normalidad y provocar resultados adversos", dice la doctora Jill Purdie, ginecóloga y directora médica de Northside Women's Specialists en Atlanta, GA.
El impacto exacto del estrés en un embarazo es difícil de precisar y aún no se ha demostrado, pero la mayoría de los expertos coinciden en que el estrés esporádico no supone una amenaza para los resultados del embarazo ni para el bebé en crecimiento. Sin embargo, algunos estudios han revelado que las pacientes embarazadas que soportan altos niveles de estrés debido a una experiencia negativa que les ha cambiado la vida y que no cuentan con suficiente apoyo social, están en riesgo.
"El estrés psicosocial durante el embarazo puede provocar un sueño inadecuado y malos hábitos alimenticios en la madre", explica Purdie. Esto, a su vez, puede provocar mayores riesgos de enfermedad, debilitamiento del sistema inmunitario y, posiblemente, un mayor riesgo de preeclampsia, según algunos estudios. Purdie señala además que esto parece ser especialmente cierto en el caso de las mujeres que ya tienen antecedentes de hipertensión arterial.
En lo que respecta al bienestar del feto en desarrollo, los factores de riesgo son el bajo peso al nacer y el nacimiento prematuro, que pueden tener repercusiones duraderas y dar lugar a problemas a largo plazo, como un mayor riesgo de problemas de salud, concretamente asma y alergias, y también pueden sufrir retrasos en el desarrollo o problemas de aprendizaje.
Mamás estresadas, animaos. Aunque no siempre puedes controlar lo que te ocurre, sí tienes el poder de manejar tu respuesta al estrés y afrontar tu situación de forma que cuides tu estrés materno prenatal y los resultados del nacimiento del bebé.
Gestión consciente para futuras mamás
Cada mujer experimenta y reacciona al estrés a su manera. Unos sencillos ajustes en el estilo de vida no sólo pueden ayudar a aliviar las molestias físicas habituales durante el embarazo (como el dolor de espalda), sino también a despejar la mente para hacer frente a cualquier situación angustiosa que se presente.
Las futuras mamás que comen bien, hacen ejercicio, se hidratan y duermen lo suficiente están mejor preparadas para afrontar el estrés. Si ya hace ejercicio, manténgalo durante el embarazo, siempre que la actividad no se vea afectada por el desequilibrio o el aumento de peso. Algunas buenas opciones de ejercicio físico son caminar, el yoga prenatal y la natación.
"[Otras] mejores prácticas para el manejo del estrés incluyen ... participar en grupos de apoyo o unidades familiares de apoyo, aceptar la ayuda cuando se ofrece, practicar la atención plena (diario, aplicaciones, respiración) y hablar con su médico, dice Purdie. Varios estudios muestran una disminución de los resultados adversos relacionados con el estrés cuando la futura madre habla de sus preocupaciones con su proveedor. ... Tenga en cuenta que el estrés es difícil de medir y puede ser manejado de manera diferente por cada futura madre. Los profesionales de la salud deben abordar los factores de estrés con sus pacientes y ofrecerles apoyo y recursos cuando lo necesiten."
Algunas madres descubren que un desahogo emocional también puede mejorar las situaciones de estrés. Tanto si se trata de un buen llanto como de una conversación sincera con tu pareja o un ser querido, purgar lo que está reprimido de forma constructiva puede ayudar. Reducir las expectativas exageradas y tomarse las cosas día a día también puede animarte a vivir el momento y a disfrutar del camino.
El embarazo es una experiencia que cambia la vida, y a veces puede ser difícil acallar las incertidumbres y procesar las presiones que se presentan. ¿Una discusión irregular con tu pareja o un mal día en el trabajo afectarán a tu bebé en crecimiento? Es poco probable. Pero evaluar tus propias necesidades y límites y emplear soluciones inteligentes para domar tus problemas te ayudará a pasar el embarazo y te preparará para el posparto.