Problemas de fertilidad: traumas
En ocasiones, los problemas de fertilidad pueden venir causados por traumas o secuelas psicológicas dejadas durante la infancia que, en menor o mayor medida, afectan a una persona que desea concebir, aunque no tenga relación alguna con el embarazo. Tal vez una grave enfermedad sufrida durante la niñez, o el haber perdido a una madre a una edad temprana, puedan estar influyendo en las posibilidades de lograr un embarazo.
Aunque te parezca absurdo, los factores psicológicos afectan a la fertilidad igual o más que las causas físicas. De hecho, la tensión, el estrés, la angustia o la ansiedad son en la mayoría de los casos los responsables de que aún no hayas podido quedar embarazada. Muchas veces esos problemas de fertilidad pueden ser causados por traumas anteriores que vienes arrastrando, por estar sometida a demasiada presión en el trabajo o porque el simple hecho de no lograr ese embarazo tan deseado te produce ansiedad.
Un estudio halla una relación entre la exposición a sustancias químicas ambientales y los problemas de tiroides en mujeres con problemas de fertilidad
Problemas de fertilidad: problemas de pareja
Si lleváis un tiempo intentándolo y aún no lo habéis conseguido, no te desesperes. Ten en cuenta, que tan sólo un 25% de las parejas que tienen relaciones sexuales con frecuencia serán capaces de concebir en un mes, según los expertos. En torno al 60% tardará entre 6 meses y un año, y al resto puede llevarles incluso 18 meses.
Por supuesto, además de los problemas de fertilidad por traumas durante la infancia, también influyen otros factores que resultan determinantes como la edad. Pasados los 35 años, las posibilidades se reducen pues la calidad ovárica no es la misma, y si sumas otras circunstancias como la obesidad, llevar unos malos hábitos de vida, endometriosis, poca movilidad y motilidad de los espermatozoides de tu pareja, etc., las posibilidades se reducen. Si sientes que ya has pasado suficiente tiempo intentando quedarte embarazada, no dudes en pedir ayuda para poder establecer un tratamiento adecuado a tus necesidades.