Todo lo que debes saber sobre la gestación subrogada en España
Todo lo que debes saber sobre la gestación subrogada en España. La subrogación en España no está legalmente permitida pero, afortunadamente, existen alternativas que permiten a los padres alcanzar el sueño de formar una familia.
Dado que la actividad en España no está regulada, no es posible obtener una licencia legal para que las agencias presten el servicio en el país, es por eso se han generado acuerdos como el de AGAR Asociación. Son la primera asociación de Barcelona que ayuda a todo tipo de personas a buscar la mejor posibilidad de llevar a cabo cada caso en el extranjero, recomendando clínicas y gestores con garantías.
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Desde algunas agencias han desarrollado varios protocolos siguiendo las recomendaciones de las principales sociedades médicas especializadas en tratamientos de fertilidad, como ESRHE (Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología) o ASRM (Sociedad Americana de Medicina Reproductiva), entre otros.
Actualmente se ofrece en España la posibilidad de comenzar un tratamiento en tu clínica local, sin tener la necesidad de viajar al extranjero. Existe un servicio de transferencia internacional de embriones que se encarga de transportar tu material genético a tu lugar de destino para que puedas continuar el tratamiento de reproducción asistida con donantes en el extranjero.
Existen diferentes países, donde la subrogación está regulada y es legal. Dependiendo de la situación familiar de cada uno se recomendarían diferentes destinos como Estados Unidos, Canadá o Ucrania. Actualmente, la subrogación es un vacío legal para el sistema español.
La subrogación ya es parte de nuestra realidad. Esto se demuestra por los datos, que indican que los niños españoles nacidos por subrogación en el extranjero, ya superan en número a los niños adoptados.
Cientos de españoles emprenden viajes a esos países cada año. La subrogación no es legal en España, por lo que aquellos que quieran trabajar con una madre sustituta deben ir al extranjero. Si todo va bien, trabajarán con agencias de diferente grado de confiabilidad. Estas agencias, a cambio de dinero, contratarán a mujeres que estén dispuestas a someterse a un tratamiento hormonal, llevarán a término el embarazo del bebé de otra persona y prometen entregarlo después de dar a luz.
Por norma general, estas mujeres suelen proceder de países más pobres que España. A lo largo del proceso, los padres futuros se ven obligados a navegar a través de una desagradable industria lucrativa y opaca que a menudo opera al borde de la legalidad y la ética. Es un proceso global que, a su vez, ha creado un debate mundial sobre si la práctica debe ser regulada o no, y si es así, cómo debería regularse.
Cada país tiene una legislación diferente. Ucrania, por ejemplo, solo permite que las parejas heterosexuales utilicen sustitutos. En Canadá, el Reino Unido y Portugal, la subrogación solo se permite en el sentido altruista, lo que significa que la madre sustituta no recibe ningún beneficio económico directo. Y los dos últimos países solo permiten que los nativos utilicen la subrogación. India, antigua potencia mundial en materia de subrogación, la ha vetado para las parejas extranjeras y está a punto de declararla ilegal para obtener ganancias económicas. México también, particularmente el Estado de Tabasco, ha restringido recientemente las leyes de subrogación.
Lo cierto es que no es una situación sencilla, puesto que es una importante sobrecarga económica y moral la que deben sostener sobre los hombros, tanto las parejas que pelean por lograr hacer su sueño realidad como las agencias que comercian con los sueños rotos de la gente.
Esperemos que, si alguna vez dejamos de atender únicamente a la corrupción general, alguien proponga una solución coherente que regule de una vez la delicada situación nacional del asunto.